sábado, noviembre 20, 2010

Cronica de una traba

LOS REFLEJOS EN LOS OJOS DE UNA PSICODELICA JORNADA A TRAVÉS DE UNA VENTANA (por extensión)

Ó
LA CRONICA DE UNA TRABA
(por comprensión)

Chapter I. curriculum vitae


NOMBRE: Oscar - Narvik Harmann Navarro
EDAD: 35 años.
LUGAR DE
NACIMIENTO: Bogotá.
PROFESIÓN: músico a medio hacer.
ESPECIALIDAD: violín.
LUGAR DE
HABITACIÓN: una apartamento pequeño, segundo piso, en la carrera 13ª con calle 22, esquina.
ESTADO CIVIL: soltero, no se sabe, debió haber alguien en su vida alguna vez.
FILIACIÓN
RELIGIOSA: católico, por parte de mamá, luterano, por parte de papá, por su cuenta, ecléctico.
VICIOS: dos, a saber; la música de Bach, taverner, Jarré y Jethro Tull, una, la segunda, cannabis sativa.en exploración.
OCUPACIÓN ACTUAL: en transición emocional; introspección a su propio yo.


Chapter II. la ventana
“Las lluvias no han cesado.
Es noviembre del 2.00...no me acuerdo y desde octubre llueve como no lo hacía hace veinticinco años.
Las calles aledañas a mi hogar me hacen sentir mas europeo que lord Byron; días oscuros como los de Londres, agua en las vías como en Venecia, el vaudeville parisino que se presenta a diario en las calles donde la gente corre, los autos salpican y nadie se saluda con nadie, a mis espaldas, el centro de la ciudad, ese pedazo que solo tiene de europeo, la arquitectura de la calle 13 entre 9ª y 5ª, pero que por muchos años fue nuestra Atenas.
He dejado el violín recostado junto a la litera estrecha donde doy solaz de vez en cuando al sueño cuando no me dejo agobiar por el que dirán de mi propia soledad.
Cae la tarde sin mucho aspaviento; de hecho la tarde cayó desde las once de la mañana cuando comenzó a llover, y me di cuenta que en la alacena no había nada: cero pan, rastros de mantequilla en el celofán de su envoltura, solo un poco de café...no milk today.
El café, fue, pues, mi única compañía y este artilugio de sonido con mas de diez años en el mismo estante, donde aqualung se repetía por periodos constantes, cada hora diez y seis minutos, luego de que sonara cadenciosamente boréu de Bach, en la grandiosa flauta de Ian Anderson; mis dos almas al tiempo, en formato AAD: el bello clasicismo con los dedos entrelazados con la modernidad.
Desde la ventana esquinera – la única ventana de mi habitación – puedo ver la vida burda de Bogotá, el epicentro de su mas caída tradición.
Las prostitutas jóvenes y de cuerpos desvencijados por el trabajo, riéndose de su propia tragedia; amparando por una propina a los rateros que se esconden en las feas piezas donde estas trabajan y guardan el producto de su rapazo, el indigente que se pega de un frasco de pegante como asmático de una bala de oxigeno: para vivir un poco mas, esa cabeza que emerge del lado del volante del transporte urbano, para proferir el grito: “fue que compro la vía granhijueputa????!!”, a la temerosa señora sesentona que maneja un carro estrato tres por entre los cinco carriles imaginarios norte – sur que se trazan en la angosta carrera trece; la niña bonita de cara curtida que con talega en mano ofrece dulces a los pasajeros del bus que se lo permita, y que se ampara de la lluvia junto a una putita joven que la hace ver como una prostituta mas; una dulce prostituta que se ofrece a la calle no teniendo mas que hacer.
El agua que cae, hace que, como si este paisaje fuese un cuadro a la acuarela, se desdibuje conforme pasan las horas...desde esta ventana, veo como la ciudad se derrite, muta, se transforma, en pedazos de gente cuyo único rumbo es vivir unas horas mas.
...
El vapor del café que recién ha hervido empaña el panorama, y con la manga del saco, como parabrisas de auto viejo, limpio un trazo para poder seguir viendo el pedazo de ciudad que me toca como salvapantallas.
Se que el café no me permitirá mas que mitigar el frío, y esta escena ventanera, recordarme sin misericordia que la ciudad que tanto quiero es un despojo, que lo bello de ella es solo el ladrillo y el estuco, pero que por los lados del alma se halla podrida y carente de amor..como yo.
Algo se debe hacer: quiero enajenarme.


Chapter III. solo un cigarro…(fumando espero)

...solo un cigarro, calma mis penas, cuando tu tardas en llegar...solo un cigarro, me acompaña/ si es de noche, me quita el sueño, si es de día, oscuro está../
una canción que solía oír mi padre, de Pastor López; nada de mi gusto, pero cómo me lleva a épocas....

Hace mas de una década, en mis años mozos de la universidad, tenía un grupo de amigos que, en la causa de tener una identidad propia, quisieron autodenominarse el parche decadente; una logia de soñadores (porque no hacían mas que soñar)que pastaban todo el día, capaban clase y, en un de vez en cuando bastante frecuente, se dejaban llevar por el cándido pero mordaz fragor de la yerba: fumaban demasiada marigüana como para ser verdad, y le tenían toda suerte de motes cariñosos para llamar a su verde- amarilla compañera: mota, ganya, joen, ástero ,mari, juana, bareta, cacho, barillo,...alias para la misma rutina de darse en la cabeza... ¡si¡, desde entonces, y muy de vez en vez, permití que esta alucinante hoja seca me llevara por senderos raros, llenos de nada y vacíos de cualquier estado emocional que me pudiera atormentar; desde esas épocas conocí el camino de los ancestros para llegar a verle la cara a Dios cuando no tenían forma de vivificarlo en su diario vivir. Nosotros, fuera de que podíamos tocar el cielo con las manos, nos recreábamos en extensas jornadas sodómicas dentro de nuestro propio mundo: la matriz de todos nuestros sueños de escape se abría por el tiempo que la traba durara. Era hora de dejarme llevar por el pasado, y, si podía, intentar volar.


En el la parte alta de la alacena yacía, como olvidado por el tiempo y la búsqueda de la cordura, un cigarro artesanalmente formado por la experta mano de Llanos, colino consumado que en el arte de hacer cigarrillos, con papel de arroz y taqueados de yerba, era el mejor.
Se quedó el cigarro allí, una ocasión que, luego de una juerga monstruosa de mas de tres días, mi entrañado amigo se dejó pilotear por la paranoia y un cuento de lo mas de raro, tanto, que solo el mismo podría saber de que se trataba, y salió corriendo de este apartamento, para ser hallado horas después junto al parque Nacional, pidiendo dinero para regresar a su casa en la lejana Suba, tan al norte como se regaba por esos lados Bogotá.
Incólume al paso del tiempo, y mas rubio que nunca, descubrí el vestigio de un tiempo que se había quedado atrás y que no supe como ni donde.
...
no sé, no me hallo, lo tengo en las manos y no se que hacer con el, si arrojarlo por la ventana y dejar que un furibundo adicto callejero se lo fumara y recogiera parte de mi pasado en el humo que del barillo saliera, o llenarme de ese humo que en mas de una ocasión me enajenó de la sórdida realidad que me turbaba, “para cancha de perro, pelo del mismo perro,” como dijera mi mamá en su coloquial lenguaje, entre mas lo tanteo, mas siento ganas de incorporarlo a esta espesa soledad que propicia la llovedera bogotana de fin de año...juego con un encendedor (yesquera, dijera mi abuelita), lo enciendo y vuelvo y lo apago, lo paso sin cesar sobre la superficie del cigarro y siento que su fuerte aroma a locura se hace mas fuerte aún: en un arranque de falta de dominio, lo pongo en mi boca y mientras en el otro extremo la candela aviva la llama fulgurante del cigarrillo mientras succiono...veo como el humo y su hedor comienzan a inundar la habitación, conmigo dentro...y la visión que tengo, en la ventana se hace mas lúcida, mas viva y mas llena de un nuevo color, que no se como explicarlo, solo se que esta aquí, ahora.


Chapter IV. con el humo en los pulmones...(tu Nombre me sabe a yerba)
Marihuana,

“Nombre común del producto obtenido de las hojas secas y las flores de la planta del cáñamo, Cannabis sativa. Esta droga se fuma o se mastica por su efecto alucinógeno y narcótico. El ingrediente psicoactivo de la marihuana, el tetrahidrocannabinol (THC), se concentra en el centro de las flores.”

Cada fumada me llevaba a espacios y tiempos idos.
Cada aspirada del fuerte olor que emanaba el cigarrillo me decían que no, que estaba mal lo que hacía, que eso, como la masturbación, eran cosas que se tenían que quedar en el anaquel de la pre juventud, pero el otro lado, el lado oscuro de mi razón, no me permitía dejar de hacerlo; si aún con la vejez a quince pasos de mi vida, caía en los devaneos manuales, cuando la soledad y la falta de compañía me abordaban...¡porqué temerle a un inofensivo cigarrillo de hierbita que , a lo sumo, me sacaría una o dos horas de estas llovida realidad??
Ya que. Era llorar sobre la leche derramada, y sobre el humo que, estas alturas, me llenaba los pulmones tanto como yo le permitía. Y eso era mucho.
...
un rato de absoluto silencio.
Tanto que ni las gotas que golpeaban la ventana me dejaban oír su tac – tac - tac...
Solo podía oír la combustión en el extremo encendido de mi bareto, y la explosión del humo al salir expulsado de mi, en bocanada amplia que fabricaba nubes enteras en el cielo en el cual ya me hallaba flotando.
Era, en este momento, una cálida sensación de ágil fuerza, de ver como, en el silencio provocado, las gotas crecían en tamaño y furor, y el golpeteo en la ventana se alzaba como un heavy metal rítmico que me hacia latir mas y mas el corazón: “i was made for loving you, babe, you was made for loving me..” parecía ser la letra que se desbordaba de cada gota en el vidrio de la ventana y la exultante marea que agitaba mi cerebro.
La gente de la calle corría sin ton ni son, pero eso, para mi era armonía pura; quería mas que verlos, meterme a sus almas y sonsacarles qué los hacía mover, conocer su motivación y despertar a un estado de conciencia que me dejara ser todos a la vez, y con ello poder ser el dueño del mundo por este breve instante...

Chapter V. un paseo por las nubes

Efectos,

“Sus consumidores describen dos fases en los efectos: primero, estimulación, mareo y euforia; y después, sedación y tranquilidad placentera. Los cambios de humor se suelen acompañar de alteraciones en las percepciones del tiempo, del espacio y de las dimensiones del propio cuerpo. Muchos consumidores refieren aumento del apetito, aumento de la percepción sensorial y sensación de placer.

Los efectos negativos incluyen confusión, ataques de ansiedad, miedo, sensación de desamparo y pérdida de autocontrol. Los consumidores habituales de marihuana pueden desarrollar un síndrome amotivacional que se caracteriza por pasividad, disminución de la motivación y preocupación por la dependencia de la droga. Como ocurre en la intoxicación por alcohol, en la intoxicación por marihuana se produce un deterioro del juicio, de la comprensión, de la memoria, del lenguaje, de la capacidad para resolver problemas, del tiempo de reacción y de la destreza para conducir.”


La luz del sol, la poca que queda, se desvanece.
Las nubes grises cargadas de agua y tempestad comienzan a cerrarse alrededor de mi ventana, amenazantes, llenas de su natural furia; el heavy metal, se vuelve hardcore industrial y el rechinar sobre la lisa superficie vítrea me dice que algo está mal.
Siento un inmenso grado de temor invadirme y la gente huyéndole al agua me parece una escena Dantesca, donde gárgolas y dragones queman con ácido fuego liquido sus cabezas y los hace correr; el calor, parece, que deja el hervidero fluido en la superficie del pavimento, los hace brincar de un lado para otro, y hacer del periódico con el que buscan empleo, un paraguas inútil que se deshace con la tenaz arremetida en sus tristes y desamparadas humanidades: Bogotá es una nueva Gomorra, condenada por la falaz vida de sexo prepago y cuchilladas en cuellos ajenos a la cuadra por quitarles el celular; ignio fatus cae para decir que hay un juicio final en cómodos capítulos que duran una pertinaz lluvia, y la mente se quiere salir de la bóveda craneana de mi cuerpo, se hincha mi corazón y le tengo miedo al Poseidón urbano que arremete contra la ciudad.

La visión por la ventana, aparte del miedo que me insufla, es ahora el de un cielo infernal, lleno de nubes oscuras y mas oscuras intenciones de acabar con lo poco que queda.

Chapter VI. el reloj se ha dañado..(...no marques las horas)
/...por que voy a enloquecer.../reloj, detén tu camino, porque mi vida se acaba.../

la única canción que pude interpretar en la vieja guitarra que yace en el empeñadero de enfrente.
He perdido la percepción de lo real.
No se cuanto llevo en este trance .
No se cuanto falte, se me olvido que esto suele acabarse.
Parece una pesadilla, pero sé que no lo es.
Tampoco se si es realidad, o donde se rompe ella para dejar de serlo.
...
¡es esto verdad¡¡
¿es que se me olvidó pilotear una traba???
Tantas veces he oído decir, a los seudoprofetas y predicadores malolientes de la carrera 10ª que “el fin está cerca” que preciso cayó justo en el momento en que me dejé sacar el alma del cuerpo y ya no puedo hacer nada...
“arcángel Gabriel, baje a tocar la trompeta; es hora de juzgar vivos y muertos.
Ah¡¡, a ese que está ahí, júntele alma y cuerpo y dele la sentencia: así no pagaran dos por los mismos crímenes...”
¡No¡
merezco un juicio.
Llegaron las valkirias vestidas de verde, y con atorrante pretensión golpean con sus falos de madera a los sucios- desteñidos gamines que corren a esconderse en el alar de debajo de mi apartamento; a sacarle el quite al agua que como ácido los caiga y, por añadidura, al hematoma que deja un bastonazo en la cabeza y no deja crecer mas cabello...como en las pedreas universitarias que siempre veía en la tribuna, tomando coca-cola y fumando Caribe, la calle, mi acera se hacía una revuelta fatal.
Esto no es un torneo de ajedrez; ¡pongan a marchar el reloj!!
Solo así saldré de esta mala pesadilla de hidrotetracanabinol.


Chapter VII. háblame, plantita.
“No tengo que decirlo porque se me distingue a leguas: soy feo, tímido y anacrónico. Pero a fuerza de no querer serlo he venido a simular todo lo contrario. Hasta el sol de hoy, en que resuelvo contarme como soy por mi propia y libre voluntad, aunque sólo sea para alivio de mi conciencia”...
Gabo; Memoria de Mis Putas tristes.

Me retiro de la ventana.
Me retiro al rincón donde emana la música, que al acercarme, siento que se aleja y lucho por alcanzarla, quiero otros sonidos.
Veo el Cephalocereus senilis, la barba del abuelo escurrida junto a la loza intentando decirme algo con ese vaivén que la convierte en una ola verde que me dice que no estoy solo y que ese Bogotazo que se gesta abajo solo es producto de mi febril imaginación; de mi imaginación exaltada por su pariente lejana, la sativa, la oveja negra de la familia verde que el siempre me dijo “escoge mejor tus amistades, conmigo encontrarás consuelo y consejo; con Maria Juana, tu perdición, o por lo menos, un gran dolor de cabeza...aquí está el redil de las buenas acciones. No te manches, buey”.
La música se detiene y sigue, se detiene y sigue y en este estado no veo bien tanta atmósfera de ensueño; necesito que las notas se aceleren y me conviden a salir de esta chonchera tan espantosa; busco con torpeza entre mis cd´s mientras la barba me dice cosas que no presto atención, pero que parecen un regaño, y mientras la planta masculla encuentro a Santana (que entre otras, hace lo que estoy haciendo, pero con verdadero control), y lo invito a que me acompañe, mientras la barba del abuelo me echa la madre; “de Aranjuez con amor” me resulta muy lenta y hago brincar el plástico brillante hasta “Soul sacrifice”, track 16, y siento tanto tambor que me animo a querer buscar la puerta que me saque de esta traba tan atroz...

Chapter VIII in crescendo, hacia abajo
La ventana de Nuevo.
Ahora parece una escena de Woodstock; el Vietnam ya pasó y la gente de la mojada calle, con batas de colores y longos cabellos brincan de alegría, repasan el pavimento y se elevan por la reja del parqueadero, como buscando a las palomas que se refugian el arbolito de antiguo que crece en la acera sur – occidente.
Entre un quince y un diez y siete de agosto transcurren los segundos que preceden esta visión: todo llega como un feedback de la memoria y espero con tranquilidad a que Santana haga su agosto en mi cabeza; que haga llorar cuanto mas pueda su guitarra y condene el instrumento a cargar con la desazón que me inunda,: que logre en el sonido revocar la sentencia de este viaje maluco y lo convierta en partitura volátil que se diluya en el vaho que afuera chorrea; debo salir de aquí.
Debo dejar que el agua del cielo como bautismo de sangre H2O lave y funda la tormenta que a mi mente aqueja y se que saliendo a la calle, abañarme un poco de Bogotá, justificará mi mala acción: expiará mi culpa.

Chapter IX. cantando bajo la lluvia
No soy Gene Kelly, pero me pego del poste de luz amarilla que queda en el separador de la Caracas, doy un giro y miro al cielo: ¡que película en la que ando! Estoy viendo el mundo en 35 m.m¡¡.
El agua que se aloja en lo permeable de mi camisa de cuadros me evoca la humedad sensible que deja una noche de pesadillas donde el sudor resbala sin pudor por todo mi pudor , pero también me hace presentable para sentir a Antonio Amati, prodigarme una suave melodía al oído, mientras giro alrededor del poste de concreto.
La lluvia se hace mi compañera, y un tanto, mi amante, porque me toca, me acaricia y escudriña mi interior sin que me haga sentir miedo: me protege de la ciudad, y retira ese sabor a smog que satura mi olfato.
Le debo mucho a la lluvia, además porque es el primer baño que me doy en mas de cuatro días de depresión.
Por eso canto, que es algo que no se hacer bien, lo mío es el violín; le canto a la lluvia para rendirle tributo, y porque me está sacando de esta turca insensible que tanto sensible me ha puesto.
Ha aliviado lo tostao´ que tengo el cerebro y que hace chiiissss!!!, suelta vapor y se pierde, seguramente para fundirse con el smog plomizo, que hoy perdió el partido, jugando de local.


Chapter X. en esta puta ciudad

“la Acrópolis oficial supera las concepciones más colosales de la barbarie moderna. Imposible expresar la luz mate producida por el cielo inmutablemente gris, el resplandor imperial de los edificios, y la nieve eterna del suelo.”
Ciudades;,Rimbaud
Bogotá se ha vuelto apacible.
El rumor de la lluvia parece cesar.

“cesó la horrible noche”
La horrible tormenta , diría yo, esa que comenzó como una aciaga premonición de fin del mundo, que dibujó y ambientó varios episodios, pero que cuando se fue haciendo historia, dejó caer su nobleza, al final. Por eso los viejos tiene como dicho que “después de la tormenta, la calma”.
Pero la ciudad sigue igual, el lavatorio, la purga liquida no ha servido de nada; han de ser rezagos de mi turca, pero Bogotá sigue siendo la maldita ciudad, que, como el demonio, tiene la cara bonita de la calle 26 - por donde llega el turismo “bien” -, el parque Nacional, motel gratuito de maricas y doncellas estrato 1, y los nobles edificios de la Jiménez...pero cuando quiere mostrar su hediondo rostro, muestran la cara de Sierra Morena, Patio Bonito, Puerto Bollo; detrás de la estación de Transmilenio de la calle 22, aquí cerquita, el malevaje de las Cruces, el Dorado, el Guavio Y Girardot...
Así es esta puta ciudad.
Le digo así porque Gabo me dio licencia, para salvaguardar la censura.
Bogotá, la puta ciudad que es de todos y de nadie y que se otorga en la medida en que pagues por ella; entre mas dinero haya, entrega el full service; cuando escasea, te cobra con creces el ser pobre, y te confina a un Cartucho...donde quiera que esté.

Chapter XI. una cruz a cuestas
Rehago mis pasos. La ciudad me dice que está muy oscura para que un ciudadano cobarde como yo la ande.
El frío del agua me dice, también, que debo regresar a mis cuatro paredes.
La turra, ha cesado, queda un poco, lo sé, pero se que ya se fue y me deja como un amargo recuerdo, las imágenes aún flotando en mi memoria, y una horribilísima seca en la boca que parte mis labios y absorbe toda la saliva que ella produce. Otra vez el agua será mi salvación.
No hay tiempo para mas reflexiones: tengo por certeza que lo que he hecho, ha sido malo.
Me deje llevar por el instinto, y por eso debo cargar la cruz de la autoculpabilidad durante..no se, mucho tiempo.

Chapter XII. el retorno
“como el niño jugando con deshechos del hombre.
Papel coloreado o pedazos de vidrio ,a los que su imaginación da vida mágica,
Y goza y canta y sueña
A lo largo de días que las horas no miden,
Así con tus recuerdos.”.../
El retraído; Luís Cernuda
...
Entré a mi aposento luego de lamentar la niña que no tiene mas de quince pero hace mas de tres entregó su virginidad a un gordo manteco de cadena en cuello que le pago veinte mil...y le pidió rebaja, para llevarse mas barato su preciado don: el don de la ingenuidad. Me saluda con la cabeza gacha, como todo aquel que perdió el valor para dialogar con los ojos. Me siento un poco así, luego de la faena psicodélica.
La barba del abuelo, aún me espera; Santana , no. El ya se fue.
¡Cómo me hubiese gustado atender las palabras del verde barbado que está junto al equipo¡¡¡
ya es tarde, eso lo sé, pero queda, cuando menos, la escarmienta brutal de saber que dejé mis sentidos en manos de la instintiva ruta que pinta el sendero verde de la enajenación.
El ya no me hablará mas ¡las plantas no hablan, por favor!!..debo charlar conmigo mismo y ser juez y parte de la implacable evaluación que es obligatoria, sobre todo cuando la culpa a la que uno mismo lo somete no deja dormir bien.
Entonces, pues, dejaré en manos de la almohada la sentencia que me será dictada mañana, cuando el sol clareé y me diga si soy culpable de permitir que mi conciencia tuviera dueño por treinta o cuarenta minutos.”


Chapter XIII. alma muerta, ce´st fini
“Assez vu.
La vision s´est reencontré á tous les airs.
Assez eu. Rumeurs des villes, le soir, et au soleil, et toujours,
Assez connu. Les arrets de la vie. – o Rumeurs et visions!!
Depart dans l´afecction et le bruit neufs!!”
Départ; Rimbaud
Y lo que queda de la noche se va, mientras Jarré toca magistralmente Equinoxe part III, como arrullo postrer al atribulado infractor de su propio cuerpo; lo duerme y le da la paz que ni la realidad ni la sicotropia le brindan: la paz que siempre brinda el sueño.

¿A como la bicha?



Los tiempos en que la droga se vendía en los bajos fondos son tiempos idos. Este terrible fenómeno ha permeado todos los rincones; no se les haga raro que un día encuentren éxtasis en una fiesta popular en Chinavita, o en una chichería de Somondóco.
Anteriormente en la ciudad existía lo que se conocía por “ollas”, expendios permanentes donde los viciosos se encontraban para conseguir su mal.
La Calle del Cartucho era la olla mas conocida y tenebrosa de la capital; en una de las frecuentes redadas que la policía efectuaba, la variedad y cantidad que se decomisaba era asombrosa.
Con los cambios que tomó Bogotá se hizo menos intensivo el mercado de droga en el Cartucho, mas no se eliminó.
Los bares y las discotecas son otros centros de distribución latentes. Amparados en la oscuridad, papeletas de perico, marihuana, pepas de éxtasis y otros narcóticos de uso extendido se consiguen sin problema.
Con los controles que la policía efectúa se ha hecho mas difícil el expendio, que ha volcado en alternativas mas eficientes para que el mercado no pare.
Estaba investigando el comercio sexual en la zona del siete de agosto, lugar reconocido por tener variedad de centros de esta actividad, bares y demás negocios, cuando me acerqué a un vendedor ambulante a comprar un cigarrillo. Eran las 12: 17 a.m.
Mientras encendía el tabaco, se acercó un tipo de unos 30 años, cabello largo y algo desgastado por el trasnocho y la noche. Cuando pensé que pediría un cigarrillo y aliste el encendedor para pasárselo, le dijo al ambulante “parce, a como la bicha??”.
De la parte inferior de la caja donde ubicaba los dulces, chicles y los cigarrillos, sacó una pequeña papeleta de no mas de 3 centímetros, cuyo contenido no se podía apreciar: “ a dos quini”, sancionó el vendedor, quien recibió pago y entregó la papeleta.
Decidido a conocer el contenido del paquete, me arrimé de nuevo al jíbaro clandestino y pregunté de la misma forma que el anterior consumidor.
El vendedor ambulante, me dijo, acercando su cabeza a la mía y con extrema cautela: “ le tengo perico, chino, también hay estaisis”,
Intrigado por la insólita mercadería, indagué los precios: el perico, cocaína rebajada, valía a $3.000, las pepas de éxtasis a $15.000.
- No, deme una bicha mas bien.¡quería saber que era una bicha¡ y lo que me entregó fue una papeleta de marihuana...olorosa, quemada.
Advirtiéndome que no me la podía fumar ahí, y retirándose con rapidez, se entregó a pasear el andén ofreciendo lo que en el cajón se veía...
Supe que el vicio también se vende por la calle, a ojos de los peatones, pero con el cuidado que este negocio requiere para seguir vivo.
Esto d querer conocer las calles capitalinas me ha dejado amigos, gente que simpatiza con lo que he estado haciendo, solidarios con mi brega, y uno de ellos, un vendedor de discos compactos de la carrera 9ª con calle 18 a quién le comenté el suceso me dijo que eso era lo mas normal y que incluso ahí mismo en la 19 se conseguía lo que fuera: pepas, heroína, hachís, bazuco...
“venga, mi hermano y le doy una vuelta..Mario, le recomiendo un momentíco que ya vengo..¡¡” y se puso su ruana chiquinquireña y me tomó del brazo. “le voy a enseñar a mercar”.
Sobre la calle 19 frente a un parqueadero que queda arriba de la carrera 8ª, junto a un puesto de revistas se parquea una señora viejita de mas de 60 años. Don Luis, como se llama mi amigo del rebusque, se le acercó y en mu y baja voz le dijo: “vea, este paisanito es amigo mío. Mire a ver que le ofrece.”.
La señora muy amable me sonrió y me empezó a ofrecer su catalogo verbal:
“vea, le tengo marimba a $1.500, perico a $2.000 es del bueno, rubinoles a $2.500 cada uno, caspa a $1.500, coca de la fina a $5.000 la felpa...no, éxtasis no tengo, pero allá en la plazoleta frente al colombo hay uno que las vende para los que van al “Edificio”, un bar que queda por ahí cerquita, pero es mas carero...”
Arguyéndole que eso era lo que quería, y ya con la venía de Luís, me dirigí a la carrera 3ª , al lugar indicado, y con las señas proporcionadas pregunte por Samuel; el mismo Samuel me contesto con recelo y le dije que iba de parte de Luis bla, bla, bla, bla.
Ya mas sereno, me dijo que tenía chispas, lentejas y otra cosa que no recuerdo, un poco opacado por el susto y la cara de Cometotes del tal Samuel. “le tengo desde $15.000 que es para los amigos, pero si me lleva varias se las dejo a $12.000 las mas baratas.”
Instantáneamente me ofreció ácidos y Mandráx...drogas que sabia que existían pero que nunca había visto en directo.
Mi intención no era comprar, por lo que por seguridad me escudé diciéndole que era que una fiesta y que mis amigos y que...mas blablablabla...corrido y haciéndole la charla a ver si soltaba sopa.
La verdad, nunca pensé que alguien que vende drogas fuera tan confiado, pues en ese ratico, que no pasó de 20 minutos, me dijo donde podía conseguir hasta abortivos...mejor dicho, donde yo fuera policía ya tendrían a ese man encerrado por años.
La venta de droga por la calle es un hecho, un hecho contundente y terrible, pero mas lo es donde uno se va a divertir, a tomarse un traguito o a escuchar música con la novia.
En la escala de estratos hay de todo, como se ha podido ver, y hasta la rumba es permeable a este hecho.
Lo que se vende por debajo de la mesa en los sitios de rumba de Bogotá, vale y sirve según el público que asiste: hay droga barata, bazuco en el sur, y droga de diseño carísima en la zona rosa.
Por los lados de la primera de mayo, hay ciertos bares donde se consigue el perico, forma rebajada de la cocaína desde $1.000 una papeleta tan grande como una uña del dedo gordo.
En un bar ubicado en la carrera 14 a media cuadra de la 82, se compra tranquilamente ácidos a $12.000...quién me lo dijo me recomendó que no comprara ahí pues era de mala calidad, pero que en la 85 con 13 había una que “es una gloria” a $20.000.
Los Jíbaros que venden en los bares suelen ser clientes habituales, muchas veces a espaldas de los dueños del negocio. Pero estos, en otros casos tienen la venta de drogas como segunda entrada y se sabe que hay muchos clientes que solo van a comprarla, y que les toca consumir un trago o una cerveza para camuflar la compra. Negocio redondo.
Las universidades también se han convertido en centro de distribución y de manera preocupante los de mas consumo. Con la misma modalidad que los bares, la droga fluye tranquilamente por las aulas.
Ya se ha mencionado el caso de la Universidad Nacional, aupada por su extensión y libertad, pero casos como la de los Andes, la Javeriana en el caso de las de alta esfera, la Tadeo por su ubicación en el centro, la Central, Libertadores en el norte son botón muestra pequeño para un ojal tan grande.
En una universidad del norte la droga se expende en una decente cafetería que queda a escasos 50 metros de esta; en un centro tecnológico de Teusaquillo, la vende, muérase de la risa, el mismo Samuel que vende en el centro, contado de su propia voz.
...y si hablamos de colegios... hay que hacer otro libro. Esa plaga está en todas partes.
La diseminación de lo clandestino ha abarcado tanto, que por esta misma razón se ha convertido en un mal indetectable.
PS: hace unos días me encontraba junto a la sede norte del SENA, cuando se me acercó un tipo alto, delgado, de ojos rojos y verdes (imagínense la composición cromográfica en toda la esfera ocular).
Era un viejo conocido del colegio.
Luego del acostumbrado “que sabe de ...donde esta fulano, que se hizo perencejo”¸ Abrió su mano y me ofreció “anillos”, pepitas diminutas y, claro, ganya como también llaman a la marihuana. Tenía de todo y por lo que se notaba en su lamentable estado, consumía de lo que vendía. Lástima, no era un buen tipo en sus días de colegio...pero pudo haberlo sido.

un rollo sobre Beethoven



Cuando tenía apenas seis o siete años, recibí de manos de papá un acetato que rezaba, en letras grandes y azules “Las escobas que cantan”; se trataba nada menos que de un álbum de los apoteósicos Beatles, melenudos raros que por esas épocas en el país no eran nada mas que, según palabras del viejo “una tracamanada de marigûaneros que ya se habían extinguido”, y que le regalaran en alguna festividad de la empresa de importaciones donde laboraba.
Ese mismo día, sin el saberlo, me había iniciado en los mágicos caminos del Rock ´n roll; corría el año de 1.980.
Luego, quizás arrepentido de su nefasta decisión, y viendo mi inmenso cúmulo de esa satánica música, cuando ya bordeaba los catorce o quince años, culpándola de mi extraño comportamiento juvenil, solo parecido a lo que viera en una película de James Dean...acabó a limpios golpes de llave inglesa los acetatos que con la plata de las onces atesoré; en cierto modo, martilló mi hambre de medias nueves convertida en vinilo, así, sin dársele nada.
Pero la vida tiene extrañas formas de resarcirlo a uno, y de volverlo por la senda del “mal”.
Olvidado ya este insuceso en los anales de pataletas preadolescentes, y un poco mas permeado de esa cultura que yo sin cesar procuré mantener viva, ese personaje que un día abatió la música de su pequeñuelo, como si fuera el guitarrista de Kiss con su caro instrumento, me volvió a dar una muestra de su paternal comprensión, al ponerme a tono con la tecnología y obsequiarme una compilación de éxitos del rey, del viejo Elvis, en formato DDA...perdón y olvido...y por si fuera poco, tuvo que comprender que la batida de caderas que enloquecía a mi mamá – aún conmigo en el vientre – no la profería el mítico blanco con voz de negro, sino un buen imitador suyo: un tal Sandro de América que durante décadas hizo los sueños húmedos de nuestras juveniles madrecitas en la corte de ensueño del Rock n´roll de Latinoamérica que a punta de remakes le secundaban Enrique Guzmán, Oscar Golden, Palito Ortega y de esferas mas lejanas, artistas de impronunciables nombres como Gigliola Cinquetti, Mad Monroe, los Tres tristes tigres, evocadores de mocedades que luego se hicieron viejos y siguieron oyendo y cantando Rock n´roll.
Para entonces Colombia era un país tardío.
Todo lo que en el mundo pasaba de moda llegaba al país de sagrado Corazón como si se tratase de una novedad absoluta: en cuanto a la música nunca fue esta la excepción y es por eso que la intromisión su universo fue tan...postsucedida, si se le puede acuñar este término.
Ahí - en serio - comenzó mi vida dentro del Rock: mi religión, mi espacio y el sonido que da mi alma cuando alguien quiere escucharla.
Por el largo de mi vida he cruzado por muchas corrientes, todas asociadas con el rock n ´roll, y desde la ruptura prematura de mi amada colección hasta la fecha, hasta la moda me ha tocado de manera singular: he tenido chaquetas de cuero cortitas con pinta de saco de paño a lo The Who, colgué en el techo de mi habitación un afiche de Steppenwolf al lado de un recorte de Fredy Mercury, deje longa cabellera a desoídos de mi angustiada madre, toda mi ropa era de color negro y ajustada a mi delgada figura; aparezco en fotografías como si estuviera posando para Let it Be... me pegué un fuerte resfrío en el concierto de conciertos en Bogotá, oda al nacimiento de la corriente del Rock en español...lloré un éxtasis de canábis oyendo al maestro Santana (que en medio de mi euforia llamaba a grito pelado “¡¡Maestro, Maestro¡¡ según me cuentan mis cofrades que mas lúcidos o mejores pilotos pudieron apreciar el espectáculo). Ese mismo día un amigo besó a la que sería por los siguientes veintidós días su amada novia en un momento idílico, fantástico, inolvidable, absolutamente irrepetible: mientras el maestro tocaba su mas emotiva y conocida canción de amor: Samba pa´ti. ¡¡¡quien lo creyera¡¡¡.
En cincuenta años de grandiosa existencia, los mitos han crecido o se han derrumbado; el imaginario popular ha mitificado dioses y ha abatido falsos, y yo en mis cortos treinta años lo he podido apreciar, como espectador de la historia del Rock n´roll.
La desgracia se ha cernido sobre Él sin misericordia, como con cualquier mortal corriente, y es por eso que aviones con Dustie Springfields, Patsy Claines o Ritchie Valens, con todo y el gran Buddy Holly han caído con toda su fulgurante carrera; la droga se llevó al rey de la cadera ondulante, al rey Lagarto de puertas famosas, al hombre mas feo de la universidad pero con la voz mas potente jamás escuchada, y con su negra influyente complicidad empujó a la rebeldía de Seattle a la inesperada finalización de su existencia; mentes torcidas segaron mentes brillantes que imaginaban un mundo mejor al ritmo del Rock n´roll y el peso del mercado hundió lo que pudo ser una mejor figura en las pléyades del Rock.
El cine lo ha alabado, no ha dejado pasar sus páginas sin un asomo de Rock y me ha dado el inmenso placer de vivirlo; desde un Performance rollingstoniano, hasta un Jesucristo Superestrella, desde un tributo a la era de acuario, hasta una adaptación rocanrolera del fantasma de la ópera, desde un muro psicodélico hasta un Beethoven sanguinario del joven Alex; desde la historia viva del poeta del Rock hasta la música que ambienta esa densa escena de Tarantino, el celuloide no ha parado de dejar claro cuan valioso es el Rock n´roll.
Sépase pues que el Rock n ´roll nunca, ni mucho menos, fue patrimonio de estratos sociales, ni de cerrados clanes o clubes porque siempre ha estado – y estará, no quepa la menor duda – arraigado dentro del alma de cualquier sano ( o malsano) ciudadano del mundo.
He conocido gente que vive con el Rock n `roll en las venas, pero vive de cosas muy distintas a su filosofía.
Un día me trepé a una atestada buseta en pleno centro de Bogotá monopolio absoluto de chóferes de sangre y oído criollo y ¡vaya sorpresa¡¡ dejaba oír para mi inmenso agrado en un país de vallenateros furibundos, las excitantes melodías de Aqualung, virtuosismo de esa banda que quería mucho al inventor de las siegas de siembra.
Reparando el viejo Zastava modelo ´75, pequeño gran problema que me heredara en vida mi padre, sentí mas cariño de llevar el auto a ese taller siempre que fallara, pues su grasiento propietario exigía a ley que en la acabada radiograbadora de baterías que colgaba de un cable eléctrico sonara siempre un destemplado cassette de Metallica.
Ese señor con cara de boyacence que compraba y vendía discos compactos de segunda mano en el centro y con quien por cosas de la vida trabé una sólida amistad, no tenía cara de boyaco: era boyaco, a mucho honor, y le gustaba la música vernácula de su tierra, pero ¡¡como sabía de Therion, de Incubus, de Tangerine Dream¡¡¡ y estaban entre sus favoritos.
Hace poco vi en un concurso famoso de la Tv. local, un taxista: así como se oye, un taxista de Bogotá que vio la luz por allá por el caliente Huila, de espeso bozo, cabellera abundante tipo Andy Gibb, chaqueta de cuero, pero con pantalón de lino, camisa corbatera de botón en cuello, y zapatos mocasines, declarar (con radical mirada al animador del concurso) ser fiel rockero, querer hasta la muerte a Led Zeppellin, y traicionarlo de vez en cuando con Deep Purple...
En un pueblo lejano y violento de la mas lejana y violenta Arauca - Colombia excluida - , conocí a un ingeniero de sonido que en su vida de trabajo se la pasó de gira por el mundo y - si señor - en su haber tenía acetatos de Paul McCartney prensados en la estricta comunidad soviética de finales de los 80´s, grabaciones inéditas de Pink Floyd, y me dio la primera copia que ni en la tienda Abbey Road de Bogotá, la mas lanzada cazadora de rarezas existía pude conseguir, de la edición original de Rattle & Hum de un grupo que mi tío, otro rockero – medio - llanero - llamaba tranquilamente “udos”.
Mi padre se hizo viejo, mi madre, también.
Pero si algo tienen en común con Mick Jagger, con Bob Dylan , con Joan Báez y con los Mammas & Pappas no es solo la misma edad, sino el saber que un día se fue joven y se hizo mucha roca y mucho rollo..aunque estos últimos aún lo sigan haciendo, parabién de las nuevas generaciones que cuando ellos la pintaban de negro, nos hacían tomar liquido amniótico para alucinar con lo que seguramente era el mundo externo.
Este es, a mi manera un homenaje a los cincuenta años del Rock n´roll, un rollo sobre Beethoven con una mejor forma de verlo, como lo describiera el fantástico Chuck Berry, porque eso es todo lo que me ha dado su universo y su ritmo; con el Rock conocí el verdadero amor y con el Rock lo perpetuaré, y con el Rock encontré un camino donde, en un cruce cualquiera me entendí de nuevo con mis padres, esta vez convencidos de que no todo era tan malo como ellos se lo imaginaban: las grandes bolas de fuego aún no se han extinto.
Pudiera ser que la canción mas exitosa en estas cinco décadas fuera alguna que rememorara tristemente al ayer, que se ha emitido no se cuántas veces por la radio, y que tiene no se cuántas versiones, pero para unos y otros siempre hay una que es mejor, que los transporta mágicamente a algún lugar de su mente y por eso es que el Rock n´roll es el Rock n´roll por siempre y para siempre.

Brasil..on my mind





...El día que ese bus le dio un esquivo lengüetazo al territorio brasilero, por los lados de su frontera con ecuador, sentí la inmensa rabia que puede darle a uno tener a una garota completamente desnuda, y tener que huir de ella como un impúber temeroso de ser devorado para siempre por su candente sabor; por esa magia negra que emana de allí y que – dicen - no te suelta nunca mas…

Acaricia mi ensueño, el suave murmullo de tu suspirar
Como ríe la vida, si tus ojos negros te quieren mirar…
Y si es mío el amparo de tu risa alegre,
Que es como un cantar..
Ella aquieta mi herida…
Todo, todo se olvida…

...Cuando aun era muy pequeño, el radio monofónico, exclusivo de banda AM que mi mamá colgaba junto a la ventana de la cocina mientras hacia el quehacer diario, dejaba sonar esa canción en la voz un tanto nasal de ese flaco de cabello largo y mirada melancólica que el locutor de Tequendama 6.10 a.m. decía se llamaba Roberto Carlos: “desde algún lugar de la playa de Ipanema, Roberto Carlos nos seduce la tarde de hoy con “el día que me quieras”…sigan con nosotros…”…
...Y era tanta la jovialidad que mamá manifestaba y tanto el amor con que preparaba el arroz, ( y tanto lo que contemplaba la foto sonriente del enorme acetato negro que contenía ese tema)que durante mucho tiempo me rondaba en la cabeza la inquietud de saber donde quedaba esa tal Ipanema y quien era ese tal Roberto Carlos…

...El tiempo me dio esa repuesta y, además, supe que el mejor tango que se ha escrito, el mas bello y dedicable de todos, el que mejor pude decirle a una mujer cuanto la gusta a uno, solo sonaba mejor en la voz de un nacido en la gran Brasil...

...Supe también que no era el único y que allí había mas de uno que sabia escribirle al amor; que los cuerpos dorados por la playa y la sensualidad eran mejor cuando de fondo la chica de Ipanema sambaba levemente, y que el idioma portugués dejó de serlo cuando se volvió un cantar brasileño...

...Y me enamore de brasil, jurando que solo me faltaba saber a que olía, pues sus paisajes los había recorrido todos en las laminas de los atlas ilustrados, en las películas del cinema nôvo de Walter Salles y de Glauber Rocha, en las melodías de Buarque, y de Gil…en los mil giros victoriosos de Senna, y en las patadas geniales de Nascimento: ó mais grade do mundo Pelé; de Garrincha y sus secuaces mundialistas…

Mira que cosa mas linda, mas llena de gracia..

...Eso era para mi la brasil negada a mis alcances y a mis posibilidades, y en tanto mas pasaba el tiempo, mas quería conocer esa menina que viene y que pasa, esa cosa de corpo dorado, y conforme seguía lamiendo laminas, películas y canciones me daba eso que allí llaman saudade, y que no sabia definir exactamente que era...
...Una vez pase por un rodizio en Bogotá donde emanaba ese intenso sabor condimentado a samba y capoeira; llevado por el deseo y por algo de hambre retrasada me deje subsumir a la tentación de la carne; estando ya dentro del lugar, caí en una especie de trance emocional que me decía que aún sin estarlo, estaba en Brasil…y fui por un instante feliz al calor de tanta comida y tanta borrachera de sensaciones que no podía ocultar, ante la auscultadora mirada del meserito local que no entendía por qué tanta efusividad por una barra de carnes tan costosa…

...Hasta que llegó el día, la oportunidad y la ocasión de hacer América...

...Las cosas de la vida; mis tiempos de academia y bohemia, donde uno de mis mejores maestros había fundado la escuela de su especialidad en Brasil, y que tenía además el primer presidente cuasi-colega mío del que tuviese noticias convergió con la única y feliz oportunidad de embarcarme durante unos meses desde la fría Bogotá hasta la mas fría Buenos aires (e intermedias, como es de esperarse para un viaje largo vía terrestre) y claro, mi sueño se había vuelto una realidad potencial…

...El bus que nos llevaría ida y vuelta estaba listo, mis partners también y toda la ilusión se puso en el plano de verme cerca de una buena garotinha, tomándome un buen trago y sintiendo en el rostro el viento que ronda el cerro, que curte las barbas del Cristo de Corcovado, a la diestra de Dios padre...donde se halla el pecado de la piel...

...Pero cuando ya casi estaba lista la realización de mi sueño, me di cuenta que a veces a uno lo despiertan con un vaso de agua fría en la cara...y así mismo me sentí cuando supe que el itinerario omitía el – tal vez – mas enconado sueño que había tejido en mi pueril existencia: por ahora ya no sabría a que huele Brasil...

...Mi refugio, desde entonces ha sido el fútbol verde amarelho, y ahora el circulo se ha cerrado, pues si Roberto Carlos, el flaco desgarbado y melenudo que hacia suspirar a mi mamá con sus melodiosas versiones de tangos eternos, ahora Roberto Carlos me hace suspirar con su melodioso sentido del baile...ah¡ claro, me refiero al Roberto Carlos grueso y sin un pelo encima, de cara eternamente solemne que le saca música a cada patada que da cuando se viste de pentacampeón...

...Un pasaporte con muchas hojas vacías puede aguardar pacientemente diez años y de esta manera me he sostenido fuertemente a la esperanza de poder untar mis pies de arena carioca; más ahora, cuando solo faltan unos días para expirar mi pasabordo para el mundo, siento que tendré que regresar a las películas para seguir viendo de lejos la Ciudad de Dios....e imaginarme como juegan al jogo bonito Dios y el Diablo en la tierra del Sol...


...pero mientras escribo estas líneas, Thaisa de Souza, la de Florianópolis, la del año de intercambio estudiantil, cruza por el aparcadero de bicicletas de la universidad donde alguna vez me fume ese sueño, y meneando las caderas como si acabara de llegar del carnaval de Río, emana un aroma tan suave y tan salvaje...
...la cosa mas linda que yo vi. pasar...

...que creo por fin saber a que huele brasil...








jueves, noviembre 18, 2010

LAS CAMAS DE EROS


La juventud, esa ansía de conocer lo prohibido, la falta de un espacio prudente donde llevar a cabo el amor, la necesidad de hacerlo físico, la aventura; el regocijo del cuerpo en un cuerpo distinto al que se posa todas las noches al lado de la cama, el amor dividido, la pasión, el compartir una nueva experiencia al son de otros paisajes distintos al mismo techo de nuestra casa, la locura, la eterna locura hormonal que nos hace sentir vivos.
Para refugiar cualquiera de estas expectativas, la gente busca un motel, hotel, hostal, residencia de tantos nombres que se le dan, pero que tienen u fin universal: ir a hacer el amor.
Tradicionalmente, y para hacer una diferenciación con los espacios dedicados al hospedaje con fines de viaje temporal, estos espacios se les ha denominado genéricamente “moteles”ó “residencias”.
“motelear”ó “irse de resi”, son aforismos constantes con los cuales se hace referencia a esta actividad de ir a recrear el cuerpo en un lugar destinado para tal fin y que no es nuestro mismo lugar habitual de vivienda.
¿Porqué la gente va a “motelear”ó “se va de resi”??
- cuando se está en la explosión hormonal de la pubertad, la casa de habitación generalmente no permanece sola.
- Aún estándolo, prevalece el miedo a que alguien llegue y dañe tan sublime momento.
- ¡cuando el lugar de habitación es compartido con el propio cónyuge, y se “sale con un tercero”.¡¡¡¡
- cuando se quiere romper con la rutina de la casa (ahora si, con el mismo cónyuge¡)
- cuando la experiencia excita los sentidos e incrementa el placer; como una forma de fetiche.
- ...cuando están pintando el apartamento...
la encuesta, que por razones de pudor personal y por falta de herramientas, la lleve a cabo en un selecto grupo de amistades del barrio, la universidad y de otras esferas, aportando – incluso – mi propia perspectiva, me llevó a admitir que aun siendo un tema digno de toda la prudencia y la tersura que la intimidad ajena exige, podría ser asimismo tema de análisis máxime cuando se ve el crecimiento de estos “centros de esparcimiento temporal” en toda la extensión de Bogota
Para entablar una armonía con el espacio y con lo que se va a hacer, los moteles (llamémosle así para no cambiar tanto el topónimo, y porque me gusta como suena) tiene una concepción arquitectónica y de decoración muy variada, apta para cualquier tipo de gusto o desempeño de la intimidad.
La cultura motelera popular los describe como grandes edificaciones llenas de habitaciones, que presentan ambientes muy sugestivos, propicios para el amor; grandes habitaciones con espejos en el techo y luces tenues, camas inmensas , con colchón de agua en algunos casos, pisos de espesa alfombra, amplias duchas transparentes y con agüita caliente, aparatos de música, televisión donde transmiten cintas de contenido erótico (que yo llamaría mas o menos” curso extra rápido de comportamiento sexual para dummies”, otros “guía práctica visual para hacer bien el amor”, eso va en quién la use), un relajante jacuzzy para “después de...o para hacer en”, prestan servicios adicionales como venta de licor y bebidas, la cual efectúan por una ventana con puertita, para evitar invadir la privacidad de los amantes. Por esta misma razón dejan previamente el famosísimo “jaboncito chiquito”, toallas limpias, pantuflas desechables, gorro de goma para no dejar un delatante cabello mojado al llegar a casa...esos accesorios.
Así son la inmensa mayoría, aunque con las exigencias del consumo se han adaptado al perfil del usuario (perdón, usuarios; siempre va mas de uno hasta donde se tiene noticia)
En la actualidad este viejo concepto de motel ha variado, para ofrecer desde elegantes cuartos que emulan y recuerdan el espacio casero, para quienes van realmente a hacer el amor, con camas grandes pero sobrias, chimenea, varios tipos de luz; una mesita para tomar un café o un trago mientras una relajante charla es el preludio para otra sesión, sofás enormes para tomar un descanso, hasta sofisticados lugares con toda una dotación de complementos visuales y emocionales para aquellos que solo van a tener “sexo a la lata”; camas con barrotes, asideros de cuero y grilletes, camillas para contorsionistas del sexo, aromas y sonidos estimulantes, paredes negras, adminículos para la práctica de sexo extremo, en fin...falta que promuevan habitaciones con consolas de Play Station, computador con Internet, bibliotecas de consulta, o mesas de billar. (lo cual, a más de divertido, podría llegar a estimular mucho la “variedad”), pasando por austeras piezas con cama, gancho para colgar la ropa y un retrete con lavamanos. No mas.
Allende los años 80´s y un poco mas atrás, Bogotá contaba con una zona bien delineada para ubicar moteles.
Es de todos sabido que el sector de Álamos es, por excelencia el sector motelero con mayor tradición en nuestra ciudad. Durante muchísimo tiempo esos monumentales sitios para el amor han perpetuado su categoría, su renombre y vasta cantidad de habitaciones, para que siempre haya donde alojar un ratico de pasión.
Los moteles de Álamos, que encontraron complemento con unos pocos ubicados en la franja de la avenida El Dorado, y en proximerías a Fontibón, paredes frontales anchas y altas, tienen una puerta de entrada y una de salida ubicadas en forma circular, que han sido concebidas así para que los autos puedan entrar y salir sin tropiezo alguno. Al ingresar, el auto queda en posición frontal a la habitación que ha de ocupar, presto a la atención se encuentra un botones muy discreto que ayuda a los amantes a que sea mas práctica la tarea de concertar el alquiler de la habitación, sin que durante el proceso se vean a la cara con otros clientes. Esto es muy importante, si se tiene en cuenta que la actividad misma que los pone en este lugar es de índole privada, personal e intransferible, lo que provoca un tanto de pena en quienes lo usan..mas si van con alguien que no es su consorte por aquello de que el mundo es un pañuelo.
Por $50.000 en promedio se accede a el confort y la finura de estas habitaciones
Las habitaciones de los moteles de Álamos son muy sobrias y bien adecuadas; prestan los servicios básicos y están alejadas del ruido que puedan ocasionarse en las demás. Eso es garantía de que su propio ruido será siempre su ruido. Los empleados de los moteles deberían ser sacerdotes: tienen una amplia concepción de la discreción, ya que hacer que espontáneamente cuenten algo de su oficio es difícil, hay que necearles un poco, y ya con mas confianza, hablan de su rutina.
Lo mas significativo, es la llegada misma del(os) clientes.

Predominante es la cara de vergüenza, que la pareja de quién conduce oculte su rostro en la oscuridad del interior del coche, que se solicite el servicio con bastante titubeo, para lo cual el portero opta por solo franquear la entrada del automóvil.
Otras parejas, no tan solventes, llegan en taxi, debiendo compartir su intención no solo con el portero y el botones que los ubica, sino también con su esporádico chofer privado; como una estrategia para aumentar el ingreso de personas al motel que regentan, se da una propina en efectivo de $2.000 a $4.000 al taxista que lleve amantes a su motel. Para los que llegan por este medio hay una salida especial, y se les ubica transporte. Una carrera a motel suele ser muy bien vista por un taxista, mas si se pueden dar un rato de voyeurisme, con las andadas previas al amoroso acto.
Dicen que a su palacio van generalmente parejas heterosexuales, pero que como han cambiado los tiempos, los homosexuales han hecho su arribo triunfal. Hace como tres años, me comenta, llegaron tres carros, con ¡tres personas cada uno¡, pero lo mas anecdótico fue que no pidieron tres habitaciones sino ¡una sola¡...fue la primera vez en sus cinco años como portero de motel, que supo que se iba a cometer una orgía...por como lo recordó, supongo que guardó la esperanza de que fuera invitado al convite hormonal que detrás de esas paredes se gestaba.
Unos años antes a este singular hecho, fue popular en medios televisivos y noticiarios, que en un motel, contiguo al que me prestó amablemente su historia para referenciar, los amigos de lo ajeno se dedicaron a robar a ocupadísimas sus pertenencias, dejándolos literalmente “en cueros”. Solo la acción oportuna de la fuerza pública impidió que tan atroz y vergonzante delito se siguiera consumando: eso es precisamente lo único que allí no se puede consumar.
Pero para sonrojo de muchos (y risa de otros, como yo, admítolo), el caso mas sonado ocurrió en 1.997, cuando se descubrió que en un motel de Álamos, algún inquieto empleado quiso hacerse unos pesitos de mas, con la comercialización de videos “amateur, totalmente hechos en casa” escondiendo cámaras en algunas habitaciones, filmando a los inocentes amantes que no sabían que fuera del país eran rutilantes pornstars. Si no es porque los padres de uno de los de esas inocentes parejas vieron la foto promocional de su hijo y su nuera, en un estante de una de las mas reconocidas sex shop de París, tal vez usted o yo seríamos protagonistas de No – verla...
Hay una anécdota que rueda por la ciudad, una especie de mito urbano que dice que en una ocasión, un señor que transitaba de sur a norte por la avenida El Dorado, contigua a la entrada a la zona de Álamos recibió en el costado derecho de su auto un fugaz choque por un auto que salía raudo de uno de los moteles.
Sin mas opción que tomar sus placas para hacer posterior reclamo por la abolladura en su vehículo, y resignarse a que fuera pronto, siguió su camino.
Algún tiempo después, haciendo compras en un centro comercial, tuvo la feliz coincidencia de encontrar dos carros después que el suyo, en el parqueadero, al carro de marras. Decidido a hacer valer su derecho, espero con paciencia a que llegara el dueño del misterioso auto; luego de un rato, un señor venerable de cabello cano y bien vestido se acercó a la puerta, con la intención de abrir la portezuela; el afectado se acercó, diciéndole que hace x tiempo, había sido la víctima del choque que le profirió al salir muy rápido de un motel y que por respeto a su familia no lo había acosado, poniéndole policía al suceso. Muy apenado el canoso señalado, pidió mil disculpas, ofreció pagar todos los daños, y pidió con consideración que esperara a que llegara al auto su señora esposa, que venía saliendo con las compras. Intrigado el individuo acató la espera, para hacer mayúscula su sorpresa cuando, al llegar la mentada esposa, mas joven que el anciano esposo, atractiva y muy sensual, este le preguntara con cara de suspicacia: “ahora si, amor; como fue el choque que tuviste con el l carro en el aeropuerto?????.
El portero con quien sostuve el diálogo, no me confirmó la veracidad de la historia, pero su risita escueta tampoco la desmintió.

Las posibilidades económicas y la demanda de espacios para entretener el cuerpo hicieron que durante muchos años los moteles del barrio Venecia fueran los mas populares y de mayor acceso a reducidos salarios. Habitaciones mas pequeñas, para cenas amatorias mas frugales, con menos servicios y aun costo promedio de $5.000 en 1.990, daban la misma utilidad, con menor grado de opulencia. La construcción de moteles en el barrio Restrepo, y en la zona de Kennedy, en plena área comercial del mismo. Con tarifas desde $17.000 se puede contar con un espacio honorable para hacer la corte a la contraparte.
El siete de agosto, Bosa, Chapinero cuentan con un grado de moteles que si bien varía muy poco en el costo y prestaciones de los anteriores, tiene gran acogida por su discreción y porque se ubican cerca al área donde la mayor parte de los amantes furtivos se ocupan, lo que da adecuado tiempo para hacer lo que hay que hacer.
En el último escalón de status se hallan los moteles del centro. Esto se dividen en dos categorías; los mas o menos y los “nada que ver”.
Los primeros, muy similares a los de chapinero, ubicados indistintamente en la carrera 13 circunvecinos a la calle 24, la avenida Caracas, en inmediaciones de los talleres y la Universidad INCCA, son adecuados únicamente para la tarea copulativa, sin enganche a la complacencia sensorial que provee un espacio bonito y bien dotado. $con 8.000 se pueden apropiar 3 horas de cama sencilla para el cuerpo – a – cuerpo, baño y jabón...par el solo cuerpo. Los segundos, toda una alabanza al aprovechamiento comercial de un espacio; salones grandes divididos en seis, ocho y hasta diez habitaciones con solo palcas de triples bastamente pintadas en colores claros con pinturas clase II, III..., en simplísimos camarotes desvencijados por precios que van desde $3.000 a $5.000 dependiendo del tiempo de uso. La higiene no está incluida en el servicio, ni hay forma de darse una ducha. A veces suelen incluir - por el mismo precio - , molesto carranchín en la espalda, el cuello, las piernas...
Los mas recientes años han llevado a edificar mas moteles, subiendo de categoría y de costo, a lo largo de la avenida 7ª, después de la 140, que han despertado pasiones encontradas, en quienes tienen la fortuna de usar suites mas lujosas y suntuarias que las de Álamos, por costes que pueden llegar a los $120.000 por noche, y los vecinos del sector que ven peligrosamente afectada su integridad moral y el caché de su residencial( en el sentido de hábitat) estilo de vida. De esto no se salva ni la vecindad de Suba, que eleva quejas en periódicos locales porque los gemidos silenciosos que han de proferir en los moteles que los inunda desde hace algún tiempo, no los dejan dormir.
La elección de un motel obedece a varios factores: si se quiere tener una atención especial con la pareja, se buscan los que quedan en Álamos, sobre la 7ª mas allá de la calle 140. propicios para todo un fin de semana; si se trata de un ejercicio habitual, Chapinero, la primero de Mayo son especiales por su precio y calidad, pero si se trata de actos sin recato de el lugar, concentrados en la mera complacencia sexual, se consiguen especies de cabinas muy deslustradas y misérrimas como las del centro, y en general en cualquier parte de Bogotá.
Es grande el volumen de personas que por lo menos una vez en su existencia han pasado un rato ( no se si agradable, por lo corriente, si) en un motel; para otras es una actividad tan frecuente como el ir a cine, almorzar fuera de casa...lo cierto es que tantos moteles hay en la ciudad, multiplicados por su número de alcobas, como historias, fecundaciones, separaciones..en fin, una larga película por contar.
Por lo demás, pasa la mayor parte de la gente, frente a sus fachadas y si no se va pensando en un grave problema, se suele especular sobre que es lo que está pasando allí adentro; se hace un video erótico con solo ver un motel en cualquier lugar de la ciudad.
Si salió de la oficina, quiere tener una aventura colegial, sus padres llegaron temprano a casa, se encontró de afán con un viejo amor y quieren recordar tórridas pasiones del ayer...pues ya sabe donde ir.

BOGOTÁ, TRAS SUS ENTRAÑAS



Bogotá es una ciudad compleja y diversa. Hay tantas historias y son de tan rica variedad que hasta tienen textura, color y olor: ellas nos atraviesan, nos afectan, estremecen y es bien difícil terminar el día de la misma manera en que se amaneció. Por ello es que escoger una veta narrativa se hace dificilísimo, sin embargo, hay ciertos ejemplos de existencia que llevan la delantera a la hora de conmovernos y ese sentimiento –la conmoción- es desde el que pretendo observar, relatar y visibilizar experiencias desconocidas para la Bogotá jamás contada.

Existe en nuestra ciudad una red de seres anónimos, sin rostro que –sin embargo- impactan tanto al conjunto de la sociedad que su actividad (el fragor y la vehemencia de la misma) constituye uno de los mitos más ciertos y mejor difundidos de la capital del país y que en su forma elegante se resume en la frase: “Bogotá es insegura”, pero que encuentra mayor grado de verdad en expresiones coloquiales tales como “esa ciudad de noche no existe”, “en Bogotá hasta los policías procuran no andar solitarios”; “policías, taxistas y celadores son del mismo cartel del crimen” o “la única zona segura del Distrito es Unicentro, pero de día”, cuyo cruel corolario cobra vida en la oración “en la capital hay más ratas con puñal que en las alcantarillas”.

Claro que Bogotá es insegura y claro que la noche en ella es peligrosa; no obstante esa realidad tiene matices: no en todas partes es igual el peligro, no en todos los sectores se delinque de la misma manera y no siempre los ladrones y bandidos son los malos de la película. Un mapa imposible tendría que mostrarnos las calles transitables y las prohibidas; pero la sola vista de dicho atlas sería un acto pesimista ya que es la aceptación explícita de que la ciudad está sitiada por el hampa; lo que sí es casi seguro es que esa cartografía de orden público ya la debe haber elaborado el comando de la policía que parece estar haciendo lo que puede que, a decir verdad, no parece mucho.

Entonces mi interés, casi mi obsesión, es acompañar unas noches a un grupo de ladrones, no con el ánimo de infringir la ley ni de acolitarla, sino de observar de primera mano las razones de forma y de fondo para que ese conjunto de habitantes urbanos se juegue la vida noche tras noche. Me encantaría practicarles unas entrevistas informales y estructuradas, visitar sus moradas, hablar con sus mujeres (con sus mamás), sus hijos… escuchar sus cuitas cotidianas; comprender la cosmovisión de sus vidas y cómo ven, asumen y entienden a Bogotá. Más que una crónica del modus operandi de esas pandillas delictivas, es efectuar una suerte de radiografía de un sector populoso de la capital como lo es mi localidad, la número 7, que corresponde al antiguo municipio de Bosa.

Entiendo que la empresa no es candorosa ni sencilla. También comprendo que entraña ciertas dosis de peligro, empero –guardando las proporciones- evoco a Hemingway y sus escritos desde el frente de batalla, a Malinowski y su etnografía desde las islas Trobiand, a Cortazar y sus cuentos del malevaje boxístico, para acometer esta tarea en la que haré todo lo posible por ponerme en los zapatos del otro; en el calzado lleno de adrenalina de quien me acecha cada vez que llegó tarde de la noche a mi hogar, uno mas de los que curten la piel de la faz bogotana.

MEMORIAS DE IX CHEL



De las memorias de Ix Chel, cuando la sedújo, Chuychú el extranjero.

Cuando se dio cuenta de que la naturaleza de un hombre cualquiera saciaría su deseo, sintió compasión. Extraña compasión, que se dirigía a quien fuera que fuese el escogido, ya que competía al hombre sucumbir ante las propuestas, sin derecho a rechazarla”
Y era tal el apremio que significaba este pensamiento que la compasión que debía prodigar de repente se le puso contra el rostro; giró, y le hizo saber que compasión no era un sentimiento posible de sentir por alguien que de hecho ni siquiera conocía, sino un sentimiento que quería reflejar en ese alguien incognito, a modo de burlarlo en su propio ser.

Por un instante que mas parecía una eternidad condicionada, su éter se envasó en un cuerpo totalmente desconocido, incluso sin importar su naturaleza; solo era un cuerpo vivo, como de una planta que reflexiona por que el girasol hace venia al sol, o un elefante subversivo, que protesta por su maltrato, al dueño del circo, defecando sobre el sombrero que dejó olvidado junto al costal de hierba magra con el que es alimentado.
Pero mas que ser cualquiera de esos, quería trasmigrar al cuerpo de un hombre, humano y, ojala, núbil; algo que traería un cierto sabor de mancillaje descarado.
Quería saber lo que era una erección, el primer trabajo en la cadena productiva del trabajo creador, y nada mejor para ello que el cuerpo de un hombre joven, ansioso y lleno de vitalidad, cuyos órganos aun no estuvieran prostituidos por drogas, tabaco, licor y paranoia, los paliativos externos que su sociedad invento para fugarse de la verdad vital y conectarse con la verdad de los dioses.
Desde lo alto, donde suele ser el hogar de los éteres, diviso la naturaleza de un joven cuerpo; era tan limpia su aura y tan vital su apariencia, que decidió hacerlo su envase temporal, y mientras se disparaba en picada a ocuparlo, justo en los milímetros en los que sintió el calor de su juventud, sintió compasión, porque para obtener la experiencia, le quitaría a ese cuerpo joven ser su virginal calma: esa era una parte de su propósito.
Hubo algo similar al sicotrópico Tlapatl en tan inusual inmersión: sentirse en un cuerpo que no era el habitual suyo le daba, incluso, algún vahído incomodo, era como si de repente se estuviera muriendo, y morir no era una sensación que hubiese tenido antes o que le agradara percibir, pero creyó que tal sensación se trataba de la muerte, porque por un instante vio la eternidad…aun sin saber – tampoco – que era la eternidad; lo menos que se puede decir es que eran muchas percepciones, y al cerrar el circulo de ese breve análisis, recayó en la idea de lo sicotrópico de la experiencia; solo ello era la mas satisfactoria explicación que podía esbozar.
Se había calzado ya en el cuerpo que decidió poseer, y anidó en ese ajeno cerebro todas las imágenes que pudieran despertar su inocente libido, o excitarle los centros nerviosos para que en orgia neural incitaran el resto de su cuerpo, y así, de esta manera, lograr su total cometido, lo que le movió a estar por ese instante allí.
Y una vez que lo consiguió, sintió como si se hubiera sumergido en el mas profundo lecho del denso mar Muerto, cada porción de su existencia era oprimida por la expansión de ese cuerpo que la contenía; el bombeo de sangre entre las venas y un corazón acelerado hasta el paroxismo lo llevaron de nuevo a una sensación in mortem; ceguera, agitación, dios… si, ese ente en el que jamás creyó, pero que por una vez se hizo en burlona presencia para exaltar todo lo que en ese instante sucumbía…luego, en lo que pareció un segundo sin fin, hasta su limite, su propósito era ya un hecho, ese que vaticinó con aquello que sentenciara: cuando dictó que “ya que competía al hombre sucumbir ante las propuestas, sin derecho a rechazarla”, y este, en particular, no había tenido ni el modo ni la voluntad de hacerlo.
La agitación dio paso a un palpitar en descenso, que mas tarde sería un tranquilo palpitar de órganos ¡como los extrañaría al abandonarlos¡ fue su postrer pensamiento, que procuró dejar para el momento mismo de la partida, cuando dejaría su envase experimental…
…pero una vez allí arriba, donde suelen ubicarse los éteres, descubrió con abrumadora sorpresa que, esa compasión que le había asignado como pago a quien prestó su cuerpo, era la que sentía para sí misma; esa que no podía sentir porque en su egoísta naturaleza, la auto compasión no era de su habitual diccionario, y por ello debió trasladarla a un cuerpo al que una vez que usó, le permitió entender que saciar su deseo, al final fue lo que hizo para saciar un deseo ajeno: “solo lo que siente el otro se vive cuando estas en su carne”, y ese núbil cuerpo prestó su existencia, no para sucumbir a una propuesta ajena, sino para saciar la propia.

GARGANTA PROFUNDA



La primera pelicula porno que vi tenia ese aire estetico que aun no olvido: parpados azul pastel, peinados con mucho volumen, tetas naturales...eran los años 80s y de modo subrepticio en mi octavo grado de colegio circulaba una copia Beta de "ginger on the rocks".
pronto el porno paso a suplir esa pulsion vital que me negaba la juventud procaz y en cada filme visto a hurtadillas en la casa de Mauricio, con operativo de vigilancia, sincronizacion de salida del video casstette para no ser pescados por su mama, nos reuniamos cinco amigos para iniciarnos en el mundillo del cine porno.
en los 90s habia mas independencia e internet y asi consumi todo el porno que me permitia la curiosidad que se fue diluyendo cuando en mi cama amanecian mas mujeres que las que solia imaginarme en en ella mientras veia cine rojo, como lo llamaba la censura de la epoca, antes de ser el legitimo XXX.
entonces, aparecio un nombre que volvio a alimentar mi morbo; garganta profunda, una suerte de mito que rondaba en el imaginario de todos los que habiamos visto filmes porno entre los 80s y los 90s: la cinta mas publicitada, la mas vendida, todo un icono en el cine de tres equis, y quise verla....
un estante en Buenos Aires la exhibia por la mitad de los 90s a precio de promocion, 10 pesos argentinos cuando el dolar valia 980 pesos colombianos y la moneda gaucha valia lo mismo que un verde del Tio Sam...y la adquiri esperando el momento que mi viaje, y mi hogar me dieran la intimidad de conocer las profundidades de Linda Lovelace.
la larga y copiosa espera me dió luego paso y la oportunidad de volver aver parpados azul pastel, peinados con mucho volumen, tetas naturales..y una garganta sin fin.
entonces esa garganta matizada por mas mitos de que si fue filmada bajo amenzada con un George Damiano apuntandole a la cabeza de la linda Linda, y que ella debio vivir con escasos recursos a pesar del multimillonario racaudo, me pusieron en la cabeza pensar que el porno es precisamente excitante, no por la sucesion repetitiva de felaciones, cumshots y penetraciones a contra natura, en bellos envases rubios o asiaticos..sino por todos los mitos que se tejen detras de el...anteriormente envidie a Jhon Holmes, por su interminable falo, pero cuando escribi para Soho la cronica "infiltrado en un Gang Bang" al lado de don Efraim Medina (edicion febrero de 2008), vivi una cinta porno en vivo y en directo, muy similar al casting hecho por la mamá de Linda en el filme para conseguir quien la satisfiera, y al ver que habia personas infinitamente mas precarios que Holmes...mi virilidad paso a ser mi mayor orgullo fisico... agradecerle al señor Damiano por que con la profunda garganta de Linda (la cual cito en el texto) me puso esta vez en la concepcion adulta de que el porno es un derecho inalienable en el desarollo emocional de cada ser humano que occidente engendre (por la misma via que el porno nos hace placer del placer).cito algo que decia Richard hamilton, precursor del Pop art sobre este, al decir que debia ser "efímero, popular, barato, producido en serie, joven, ingenioso". y si hay algo que se parece a ese concepto fue lo hecho por Damiano...Warhol tuvo su "Marylin en Turquesa" damiano la tuvo con su "Linda en azul pastel", con peinado de mucho volumen y tetas naturales....

miércoles, noviembre 17, 2010

He vuelto



Como sucede cada dia, la mañana trae cosas nuevas y en cada mañana me refabrico, me vuelvo a hacer... soy un fenix que en cada alborada renace, distinto al que quedo hecho cenizas de ayer, y en cada resureccion, soy mas fuerte...
Regreso, y en esta nueva etapa, las letras que he dejado reposar guardan la madurez del vino..espero, deseo, ansío, que se dejen embraigar, y, claro, que los embriague...hasta la catarsis...
bienvenidos al mundo de mis letras

Cuentos de condon


Cuentos de condón:
QUIERO LLENARME DE TI.



(Extraído de : “Anecdotario de un Condón”), ficción histórica; el diario nunca leído (ni por el ni por alguien)..de un preservativo nostálgico.

...septiembre 14 de 1...; día 729, uno antes de la eutanasia que da la fecha de vencimiento...

El final

“Quiero salir de aquí....
Llevo muchos meses, muchos entre aluminio plastificado así, totalmente enrollado en mi mismo…sin cumplir mi destino, ser hacer lo que se debe hacer, para lo que fui hecho...” //

“Me siento aprisionado entre estas paredes de lona amarilla, en este incomodo sobre y cada vez que oigo ese rasgar riiiiiiiiiiissssssssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ tengo la sutil idea de que, por fin saldré...pero no es así....
Recuerdo aquella vez que con voz tierna e ingenua, ese muchachito llegó por mi, como si estuviera muy muy enamorado, me pidió, con toda la timidez que deja mi nombre, la que le han otorgado mojigatos y solapados, inexpertos y poco preparados seres que, muchas veces, sin quererlo, oí preguntar por mi; algunos huyeron antes, otros, en cambio esperaron hasta el ultimo momento, pero mi turno no había llegado, era muy larga la lista de espera en la que siempre sentí la presencia de voces muy fuertes, muy graves, pero de un tiempo para acá se turnaban con otras un tanto mas delgadas, finas y prudentes, llenas de una cierta inocencia revuelta con picardía... hasta que por fin me toco en suerte acompañar a ese muchachito...
Así comenzó mi viaje.”//




“Al principio, sentía como si estuviera flotando, pero después de un ruido de monedas, vi que la oscuridad y la estrechez me invadían. Dure así un muy largo tiempo. Y cada vez que sentía ese rasgado, casi quería saltar de mi envoltura, aprisionar en mi interior ese órgano para el cual fui creado e iniciar mi aventura, pero como hoy, siempre veía mi sueño frustrado.”//

“Hasta que sucedió....
Fue ayer, precisamente ayer a las 8:35 p.m. hacia frió.
Me encontraba meditando lo amarga que suele ser la vida, friccionado dentro de este liquido cristalino opaco que como suave placenta me envuelve, pero que su olor no me dejaba sentirme cómodo, y , una vez mas, renegando de tanto encierro, al filo de mi ya anunciado deceso, vino el rrrrrriiiiiiiiiiiiiissssssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡, después el raaas¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ y, como si estuviese naciendo, un brillo de intensa luz me ilumino, y supe que era el mundo; salí de mi estrechez y supe para que había sido concebido...”//
//“Quiero llenarme de ti.
Quiero que estés dentro de mi y con ello permitas que este yo dentro de ella. Quiero protegerte, quiero sudar por dentro, sudar por fuera y que una explosión en mi me diga que he cumplido mi tarea; aún después de ello me deseches...ya se que soy como las moscas: una vez fuera de su saco, no es mucho lo que duran...” (como exhalación en su inubicado pensamiento, se recreo esta corta línea que compuso mientras veía como salía de su envoltura, rumbo a su inequívoco destino...)//
“...Entonces, pude apreciar cuán largo yo era y sentir mis entrañas un tanto vacías, muchas risitas ambientaban este fastuoso momento de mi vida, vi por vez primera aquel aparato en el cual debía extenderme, para el cual había sido diseñado..y sentí tanta alegría de saber que por fin , después de tanta ansia y de tortuosa espera, me poseería y me llenaría todo de el..al fin sucedió¡¡¡¡¡..fue un momento feliz. Estaba todo dentro de mi, y, luego de toda esa antesala, el se daría cuenta que yo soy su héroe, que lo protegería en el camino que emprendería segundos después, cuando, ya abrazándolo por completo, sintiendo su henchida extensión en mi, lo guiaría por esa oscura pero deliciosa gruta que iba a invadir.”//

“Así sucedió.. me convertí en parte de el.
Vi como, en una incontable sucesión de imbatidas, mi buen amigo, la otra parte de mi ser, allanó el camino donde toda esa conjunción de calores sabores y sudores, me enseñaron sensaciones nuevas, y como, en medio de tantas sensaciones, sonidos que no me eran ajenos pero que sentí con mayor calidez, entonaban la banda sonora de lo que ellos llamaban “placer”.
No se cuanto duro este momento; pudo haber sido una eternidad o un efímero segundo, pero cuando menos lo pensaba, acompañado de lo que parecía un grito de guerra, de una guerra ganada, sentí como mi cabeza se llenaba de repente, y todo mi cuerpo – aún abrazado a él – se distensionaba....
Siempre he yodo decir que la vida es un circulo; que uno termina como comienza y eso lo comprobé ese día cuando, nuevamente sobre mi mismo, comenzaron a enrollarme. Nada cambio..si, nada, excepto que no volví al alumno plastificado, sino que mi postrer lecho, fue un plástico negro (tan negro como cualquier mortaja) que irónicamente se enrollaba sobre mi ataúd....”//

“Nada en mi dolió pues supe a carta cabal que había cumplido mi misión.
Lo sé por la expresión de alegría que emanaba del muchachito aquel cuando me retiro de si, cuando con inmenso cariño, su acompañante en la aventura le ayudo para que yo pudiera dar retirada sin desperdiciar ni una gota del premio, que como recompensa, me dejaron llevar, una vez cumplida mi tarea.”//

“Ese día morí, si, pero me lleve dos cosas que no se lleva nadie:
La dicha de haber cumplido...de haber cuidado no solo a mi dueño y a quien lo acompañaba, que hasta cierto punto eran uno solo...
Y mi cabeza llena de eso, que, en otras circunstancias, te da la vida.”//

De Onan y otros demonios



DE ONAN Y OTROS DEMONIOS.



“Quien niega la paja niega la mama”, me decían los compañeros del 6º B cuando un día me preguntaron sobre mis devaneos autoamatorios, y negué sistemáticamente que una noche, mientras pensaba en Mónica, embutida en unos cortos shorts haciendo dobleces en la clase de educación física, delatando sus turgencias frente a los muchachos, comencé a jugar con lo que dios me dio, y luego de unos minutos de un extraño placer, un cosquilleo arqueó mi espalda y vi como se me salió el alma por allí.
No lo conté, porque debía también asociarlo con el susto que me dio, las lágrimas en mis ojos pensando que me iba a – literalmente – morir. Y en esa ocasión no quería morir de vergüenza frente al escarnio cruel con que mis compañeros juzgaban cosas menos trascendentales.
Luego del susto vino el gusto.
Prendí la luz, y me di cuenta que había entrado a una de las etapas mas significativas y privadas que tiene cualquier hombre, y la disfrute mientras pude; mejor dicho mientras no necesite mas de los servicios de la “chica Orbitel”.
Cambié la imagen de Mónica en cortos, por mujeres virtuales empelotas y con copete Alf, haciendo cosas que para mi eran utópicas en mi corta edad, a escondidas de mis padres que no sabían en que utilizaba el Betamax cuando iban por la compra mensual; la reunión de amigos de la cuadra, unos vigilando la ventana, otros sincronizando la salida del videotape tripleequis, para cambiarlo por uno de Stallone como cortina de humo justificante, y si no había moros en la costa, otros diciendo afanosamente que tenían chichí y corrieran presurosos al baño.
Con el pasar del tiempo me salió barba, cambió mi voz, y mis cinco juguetones dedos dejaron de abrazar lo que dios me dio para entrar a la segunda etapa más significativa que tiene cualquier hombre: una mujer real.
Mientras no hubo necesidad de otra cosa, mi mano se ocupo de acariciar pieles femeninas y de dejar que la chica de turno usara sus sabias manos en lo que yo solía hacer en solitario ejercicio, y lo disfrute mientras pude.
Luego vino la soledad del corazón que suplí con la compañía de mi mano amiga. Volví a sumergirme en el auto placer.

Yo pensé durante años que eso de consentirse uno mismo era para seres sin más que el amor propio, pero ese pensamiento se rompió cuando convocaron a la reunión de exalumnos del 95´, al que asistí con mi hermosa novia de aquel entonces.
Luego del segundo whisky, vi como por el umbral del centro de convenciones aparece envuelta en un traje de noche ceñido y blanco una Mónica más voluptuosa, con el sexappeal que sus redondos y prominentes veintiún años le otorgaba; mi vida entera pasó en apenas un minuto por mi mente, la salude con el beso mas ladino que pude. No valió mi score de conquistas, ni el acumulado de devaneos manuales que atesoré en esos años, ni el amor que decía profesar por la chica de turno y haciendo gala de mi entrenada cortesía me excusé: “tengo chichí, ya vengo”.
De camino al baño hice un recorrido mental, y justo cuando estuve frente al excusado, encerrado y solo conmigo mismo, la memoria se detuvo, como videotape de Betamax, en una escena: Mónica haciendo gimnasia en el patio del colegio…y lo disfrute mientras pude.