Ó
LA CRONICA DE UNA TRABA
(por comprensión)
Chapter I. curriculum vitae
NOMBRE: Oscar - Narvik Harmann Navarro
EDAD: 35 años.
LUGAR DE
NACIMIENTO: Bogotá.
PROFESIÓN: músico a medio hacer.
ESPECIALIDAD: violín.
LUGAR DE
HABITACIÓN: una apartamento pequeño, segundo piso, en la carrera 13ª con calle 22, esquina.
ESTADO CIVIL: soltero, no se sabe, debió haber alguien en su vida alguna vez.
FILIACIÓN
RELIGIOSA: católico, por parte de mamá, luterano, por parte de papá, por su cuenta, ecléctico.
VICIOS: dos, a saber; la música de Bach, taverner, Jarré y Jethro Tull, una, la segunda, cannabis sativa.en exploración.
OCUPACIÓN ACTUAL: en transición emocional; introspección a su propio yo.
Chapter II. la ventana
“Las lluvias no han cesado.
Es noviembre del 2.00...no me acuerdo y desde octubre llueve como no lo hacía hace veinticinco años.
Las calles aledañas a mi hogar me hacen sentir mas europeo que lord Byron; días oscuros como los de Londres, agua en las vías como en Venecia, el vaudeville parisino que se presenta a diario en las calles donde la gente corre, los autos salpican y nadie se saluda con nadie, a mis espaldas, el centro de la ciudad, ese pedazo que solo tiene de europeo, la arquitectura de la calle 13 entre 9ª y 5ª, pero que por muchos años fue nuestra Atenas.
He dejado el violín recostado junto a la litera estrecha donde doy solaz de vez en cuando al sueño cuando no me dejo agobiar por el que dirán de mi propia soledad.
Cae la tarde sin mucho aspaviento; de hecho la tarde cayó desde las once de la mañana cuando comenzó a llover, y me di cuenta que en la alacena no había nada: cero pan, rastros de mantequilla en el celofán de su envoltura, solo un poco de café...no milk today.
El café, fue, pues, mi única compañía y este artilugio de sonido con mas de diez años en el mismo estante, donde aqualung se repetía por periodos constantes, cada hora diez y seis minutos, luego de que sonara cadenciosamente boréu de Bach, en la grandiosa flauta de Ian Anderson; mis dos almas al tiempo, en formato AAD: el bello clasicismo con los dedos entrelazados con la modernidad.
Desde la ventana esquinera – la única ventana de mi habitación – puedo ver la vida burda de Bogotá, el epicentro de su mas caída tradición.
Las prostitutas jóvenes y de cuerpos desvencijados por el trabajo, riéndose de su propia tragedia; amparando por una propina a los rateros que se esconden en las feas piezas donde estas trabajan y guardan el producto de su rapazo, el indigente que se pega de un frasco de pegante como asmático de una bala de oxigeno: para vivir un poco mas, esa cabeza que emerge del lado del volante del transporte urbano, para proferir el grito: “fue que compro la vía granhijueputa????!!”, a la temerosa señora sesentona que maneja un carro estrato tres por entre los cinco carriles imaginarios norte – sur que se trazan en la angosta carrera trece; la niña bonita de cara curtida que con talega en mano ofrece dulces a los pasajeros del bus que se lo permita, y que se ampara de la lluvia junto a una putita joven que la hace ver como una prostituta mas; una dulce prostituta que se ofrece a la calle no teniendo mas que hacer.
El agua que cae, hace que, como si este paisaje fuese un cuadro a la acuarela, se desdibuje conforme pasan las horas...desde esta ventana, veo como la ciudad se derrite, muta, se transforma, en pedazos de gente cuyo único rumbo es vivir unas horas mas.
...
El vapor del café que recién ha hervido empaña el panorama, y con la manga del saco, como parabrisas de auto viejo, limpio un trazo para poder seguir viendo el pedazo de ciudad que me toca como salvapantallas.
Se que el café no me permitirá mas que mitigar el frío, y esta escena ventanera, recordarme sin misericordia que la ciudad que tanto quiero es un despojo, que lo bello de ella es solo el ladrillo y el estuco, pero que por los lados del alma se halla podrida y carente de amor..como yo.
Algo se debe hacer: quiero enajenarme.
Chapter III. solo un cigarro…(fumando espero)
...solo un cigarro, calma mis penas, cuando tu tardas en llegar...solo un cigarro, me acompaña/ si es de noche, me quita el sueño, si es de día, oscuro está../
una canción que solía oír mi padre, de Pastor López; nada de mi gusto, pero cómo me lleva a épocas....
Hace mas de una década, en mis años mozos de la universidad, tenía un grupo de amigos que, en la causa de tener una identidad propia, quisieron autodenominarse el parche decadente; una logia de soñadores (porque no hacían mas que soñar)que pastaban todo el día, capaban clase y, en un de vez en cuando bastante frecuente, se dejaban llevar por el cándido pero mordaz fragor de la yerba: fumaban demasiada marigüana como para ser verdad, y le tenían toda suerte de motes cariñosos para llamar a su verde- amarilla compañera: mota, ganya, joen, ástero ,mari, juana, bareta, cacho, barillo,...alias para la misma rutina de darse en la cabeza... ¡si¡, desde entonces, y muy de vez en vez, permití que esta alucinante hoja seca me llevara por senderos raros, llenos de nada y vacíos de cualquier estado emocional que me pudiera atormentar; desde esas épocas conocí el camino de los ancestros para llegar a verle la cara a Dios cuando no tenían forma de vivificarlo en su diario vivir. Nosotros, fuera de que podíamos tocar el cielo con las manos, nos recreábamos en extensas jornadas sodómicas dentro de nuestro propio mundo: la matriz de todos nuestros sueños de escape se abría por el tiempo que la traba durara. Era hora de dejarme llevar por el pasado, y, si podía, intentar volar.
En el la parte alta de la alacena yacía, como olvidado por el tiempo y la búsqueda de la cordura, un cigarro artesanalmente formado por la experta mano de Llanos, colino consumado que en el arte de hacer cigarrillos, con papel de arroz y taqueados de yerba, era el mejor.
Se quedó el cigarro allí, una ocasión que, luego de una juerga monstruosa de mas de tres días, mi entrañado amigo se dejó pilotear por la paranoia y un cuento de lo mas de raro, tanto, que solo el mismo podría saber de que se trataba, y salió corriendo de este apartamento, para ser hallado horas después junto al parque Nacional, pidiendo dinero para regresar a su casa en la lejana Suba, tan al norte como se regaba por esos lados Bogotá.
Incólume al paso del tiempo, y mas rubio que nunca, descubrí el vestigio de un tiempo que se había quedado atrás y que no supe como ni donde.
...
no sé, no me hallo, lo tengo en las manos y no se que hacer con el, si arrojarlo por la ventana y dejar que un furibundo adicto callejero se lo fumara y recogiera parte de mi pasado en el humo que del barillo saliera, o llenarme de ese humo que en mas de una ocasión me enajenó de la sórdida realidad que me turbaba, “para cancha de perro, pelo del mismo perro,” como dijera mi mamá en su coloquial lenguaje, entre mas lo tanteo, mas siento ganas de incorporarlo a esta espesa soledad que propicia la llovedera bogotana de fin de año...juego con un encendedor (yesquera, dijera mi abuelita), lo enciendo y vuelvo y lo apago, lo paso sin cesar sobre la superficie del cigarro y siento que su fuerte aroma a locura se hace mas fuerte aún: en un arranque de falta de dominio, lo pongo en mi boca y mientras en el otro extremo la candela aviva la llama fulgurante del cigarrillo mientras succiono...veo como el humo y su hedor comienzan a inundar la habitación, conmigo dentro...y la visión que tengo, en la ventana se hace mas lúcida, mas viva y mas llena de un nuevo color, que no se como explicarlo, solo se que esta aquí, ahora.
Chapter IV. con el humo en los pulmones...(tu Nombre me sabe a yerba)
Marihuana,
“Nombre común del producto obtenido de las hojas secas y las flores de la planta del cáñamo, Cannabis sativa. Esta droga se fuma o se mastica por su efecto alucinógeno y narcótico. El ingrediente psicoactivo de la marihuana, el tetrahidrocannabinol (THC), se concentra en el centro de las flores.”
Cada fumada me llevaba a espacios y tiempos idos.
Cada aspirada del fuerte olor que emanaba el cigarrillo me decían que no, que estaba mal lo que hacía, que eso, como la masturbación, eran cosas que se tenían que quedar en el anaquel de la pre juventud, pero el otro lado, el lado oscuro de mi razón, no me permitía dejar de hacerlo; si aún con la vejez a quince pasos de mi vida, caía en los devaneos manuales, cuando la soledad y la falta de compañía me abordaban...¡porqué temerle a un inofensivo cigarrillo de hierbita que , a lo sumo, me sacaría una o dos horas de estas llovida realidad??
Ya que. Era llorar sobre la leche derramada, y sobre el humo que, estas alturas, me llenaba los pulmones tanto como yo le permitía. Y eso era mucho.
...
un rato de absoluto silencio.
Tanto que ni las gotas que golpeaban la ventana me dejaban oír su tac – tac - tac...
Solo podía oír la combustión en el extremo encendido de mi bareto, y la explosión del humo al salir expulsado de mi, en bocanada amplia que fabricaba nubes enteras en el cielo en el cual ya me hallaba flotando.
Era, en este momento, una cálida sensación de ágil fuerza, de ver como, en el silencio provocado, las gotas crecían en tamaño y furor, y el golpeteo en la ventana se alzaba como un heavy metal rítmico que me hacia latir mas y mas el corazón: “i was made for loving you, babe, you was made for loving me..” parecía ser la letra que se desbordaba de cada gota en el vidrio de la ventana y la exultante marea que agitaba mi cerebro.
La gente de la calle corría sin ton ni son, pero eso, para mi era armonía pura; quería mas que verlos, meterme a sus almas y sonsacarles qué los hacía mover, conocer su motivación y despertar a un estado de conciencia que me dejara ser todos a la vez, y con ello poder ser el dueño del mundo por este breve instante...
Chapter V. un paseo por las nubes
Efectos,
“Sus consumidores describen dos fases en los efectos: primero, estimulación, mareo y euforia; y después, sedación y tranquilidad placentera. Los cambios de humor se suelen acompañar de alteraciones en las percepciones del tiempo, del espacio y de las dimensiones del propio cuerpo. Muchos consumidores refieren aumento del apetito, aumento de la percepción sensorial y sensación de placer.
Los efectos negativos incluyen confusión, ataques de ansiedad, miedo, sensación de desamparo y pérdida de autocontrol. Los consumidores habituales de marihuana pueden desarrollar un síndrome amotivacional que se caracteriza por pasividad, disminución de la motivación y preocupación por la dependencia de la droga. Como ocurre en la intoxicación por alcohol, en la intoxicación por marihuana se produce un deterioro del juicio, de la comprensión, de la memoria, del lenguaje, de la capacidad para resolver problemas, del tiempo de reacción y de la destreza para conducir.”
La luz del sol, la poca que queda, se desvanece.
Las nubes grises cargadas de agua y tempestad comienzan a cerrarse alrededor de mi ventana, amenazantes, llenas de su natural furia; el heavy metal, se vuelve hardcore industrial y el rechinar sobre la lisa superficie vítrea me dice que algo está mal.
Siento un inmenso grado de temor invadirme y la gente huyéndole al agua me parece una escena Dantesca, donde gárgolas y dragones queman con ácido fuego liquido sus cabezas y los hace correr; el calor, parece, que deja el hervidero fluido en la superficie del pavimento, los hace brincar de un lado para otro, y hacer del periódico con el que buscan empleo, un paraguas inútil que se deshace con la tenaz arremetida en sus tristes y desamparadas humanidades: Bogotá es una nueva Gomorra, condenada por la falaz vida de sexo prepago y cuchilladas en cuellos ajenos a la cuadra por quitarles el celular; ignio fatus cae para decir que hay un juicio final en cómodos capítulos que duran una pertinaz lluvia, y la mente se quiere salir de la bóveda craneana de mi cuerpo, se hincha mi corazón y le tengo miedo al Poseidón urbano que arremete contra la ciudad.
La visión por la ventana, aparte del miedo que me insufla, es ahora el de un cielo infernal, lleno de nubes oscuras y mas oscuras intenciones de acabar con lo poco que queda.
Chapter VI. el reloj se ha dañado..(...no marques las horas)
/...por que voy a enloquecer.../reloj, detén tu camino, porque mi vida se acaba.../
la única canción que pude interpretar en la vieja guitarra que yace en el empeñadero de enfrente.
He perdido la percepción de lo real.
No se cuanto llevo en este trance .
No se cuanto falte, se me olvido que esto suele acabarse.
Parece una pesadilla, pero sé que no lo es.
Tampoco se si es realidad, o donde se rompe ella para dejar de serlo.
...
¡es esto verdad¡¡
¿es que se me olvidó pilotear una traba???
Tantas veces he oído decir, a los seudoprofetas y predicadores malolientes de la carrera 10ª que “el fin está cerca” que preciso cayó justo en el momento en que me dejé sacar el alma del cuerpo y ya no puedo hacer nada...
“arcángel Gabriel, baje a tocar la trompeta; es hora de juzgar vivos y muertos.
Ah¡¡, a ese que está ahí, júntele alma y cuerpo y dele la sentencia: así no pagaran dos por los mismos crímenes...”
¡No¡
merezco un juicio.
Llegaron las valkirias vestidas de verde, y con atorrante pretensión golpean con sus falos de madera a los sucios- desteñidos gamines que corren a esconderse en el alar de debajo de mi apartamento; a sacarle el quite al agua que como ácido los caiga y, por añadidura, al hematoma que deja un bastonazo en la cabeza y no deja crecer mas cabello...como en las pedreas universitarias que siempre veía en la tribuna, tomando coca-cola y fumando Caribe, la calle, mi acera se hacía una revuelta fatal.
Esto no es un torneo de ajedrez; ¡pongan a marchar el reloj!!
Solo así saldré de esta mala pesadilla de hidrotetracanabinol.
Chapter VII. háblame, plantita.
“No tengo que decirlo porque se me distingue a leguas: soy feo, tímido y anacrónico. Pero a fuerza de no querer serlo he venido a simular todo lo contrario. Hasta el sol de hoy, en que resuelvo contarme como soy por mi propia y libre voluntad, aunque sólo sea para alivio de mi conciencia”...
Gabo; Memoria de Mis Putas tristes.
Me retiro de la ventana.
Me retiro al rincón donde emana la música, que al acercarme, siento que se aleja y lucho por alcanzarla, quiero otros sonidos.
Veo el Cephalocereus senilis, la barba del abuelo escurrida junto a la loza intentando decirme algo con ese vaivén que la convierte en una ola verde que me dice que no estoy solo y que ese Bogotazo que se gesta abajo solo es producto de mi febril imaginación; de mi imaginación exaltada por su pariente lejana, la sativa, la oveja negra de la familia verde que el siempre me dijo “escoge mejor tus amistades, conmigo encontrarás consuelo y consejo; con Maria Juana, tu perdición, o por lo menos, un gran dolor de cabeza...aquí está el redil de las buenas acciones. No te manches, buey”.
La música se detiene y sigue, se detiene y sigue y en este estado no veo bien tanta atmósfera de ensueño; necesito que las notas se aceleren y me conviden a salir de esta chonchera tan espantosa; busco con torpeza entre mis cd´s mientras la barba me dice cosas que no presto atención, pero que parecen un regaño, y mientras la planta masculla encuentro a Santana (que entre otras, hace lo que estoy haciendo, pero con verdadero control), y lo invito a que me acompañe, mientras la barba del abuelo me echa la madre; “de Aranjuez con amor” me resulta muy lenta y hago brincar el plástico brillante hasta “Soul sacrifice”, track 16, y siento tanto tambor que me animo a querer buscar la puerta que me saque de esta traba tan atroz...
Chapter VIII in crescendo, hacia abajo
La ventana de Nuevo.
Ahora parece una escena de Woodstock; el Vietnam ya pasó y la gente de la mojada calle, con batas de colores y longos cabellos brincan de alegría, repasan el pavimento y se elevan por la reja del parqueadero, como buscando a las palomas que se refugian el arbolito de antiguo que crece en la acera sur – occidente.
Entre un quince y un diez y siete de agosto transcurren los segundos que preceden esta visión: todo llega como un feedback de la memoria y espero con tranquilidad a que Santana haga su agosto en mi cabeza; que haga llorar cuanto mas pueda su guitarra y condene el instrumento a cargar con la desazón que me inunda,: que logre en el sonido revocar la sentencia de este viaje maluco y lo convierta en partitura volátil que se diluya en el vaho que afuera chorrea; debo salir de aquí.
Debo dejar que el agua del cielo como bautismo de sangre H2O lave y funda la tormenta que a mi mente aqueja y se que saliendo a la calle, abañarme un poco de Bogotá, justificará mi mala acción: expiará mi culpa.
Chapter IX. cantando bajo la lluvia
No soy Gene Kelly, pero me pego del poste de luz amarilla que queda en el separador de la Caracas, doy un giro y miro al cielo: ¡que película en la que ando! Estoy viendo el mundo en 35 m.m¡¡.
El agua que se aloja en lo permeable de mi camisa de cuadros me evoca la humedad sensible que deja una noche de pesadillas donde el sudor resbala sin pudor por todo mi pudor , pero también me hace presentable para sentir a Antonio Amati, prodigarme una suave melodía al oído, mientras giro alrededor del poste de concreto.
La lluvia se hace mi compañera, y un tanto, mi amante, porque me toca, me acaricia y escudriña mi interior sin que me haga sentir miedo: me protege de la ciudad, y retira ese sabor a smog que satura mi olfato.
Le debo mucho a la lluvia, además porque es el primer baño que me doy en mas de cuatro días de depresión.
Por eso canto, que es algo que no se hacer bien, lo mío es el violín; le canto a la lluvia para rendirle tributo, y porque me está sacando de esta turca insensible que tanto sensible me ha puesto.
Ha aliviado lo tostao´ que tengo el cerebro y que hace chiiissss!!!, suelta vapor y se pierde, seguramente para fundirse con el smog plomizo, que hoy perdió el partido, jugando de local.
Chapter X. en esta puta ciudad
“la Acrópolis oficial supera las concepciones más colosales de la barbarie moderna. Imposible expresar la luz mate producida por el cielo inmutablemente gris, el resplandor imperial de los edificios, y la nieve eterna del suelo.”
Ciudades;,Rimbaud
Bogotá se ha vuelto apacible.
El rumor de la lluvia parece cesar.
“cesó la horrible noche”
La horrible tormenta , diría yo, esa que comenzó como una aciaga premonición de fin del mundo, que dibujó y ambientó varios episodios, pero que cuando se fue haciendo historia, dejó caer su nobleza, al final. Por eso los viejos tiene como dicho que “después de la tormenta, la calma”.
Pero la ciudad sigue igual, el lavatorio, la purga liquida no ha servido de nada; han de ser rezagos de mi turca, pero Bogotá sigue siendo la maldita ciudad, que, como el demonio, tiene la cara bonita de la calle 26 - por donde llega el turismo “bien” -, el parque Nacional, motel gratuito de maricas y doncellas estrato 1, y los nobles edificios de la Jiménez...pero cuando quiere mostrar su hediondo rostro, muestran la cara de Sierra Morena, Patio Bonito, Puerto Bollo; detrás de la estación de Transmilenio de la calle 22, aquí cerquita, el malevaje de las Cruces, el Dorado, el Guavio Y Girardot...
Así es esta puta ciudad.
Le digo así porque Gabo me dio licencia, para salvaguardar la censura.
Bogotá, la puta ciudad que es de todos y de nadie y que se otorga en la medida en que pagues por ella; entre mas dinero haya, entrega el full service; cuando escasea, te cobra con creces el ser pobre, y te confina a un Cartucho...donde quiera que esté.
Chapter XI. una cruz a cuestas
Rehago mis pasos. La ciudad me dice que está muy oscura para que un ciudadano cobarde como yo la ande.
El frío del agua me dice, también, que debo regresar a mis cuatro paredes.
La turra, ha cesado, queda un poco, lo sé, pero se que ya se fue y me deja como un amargo recuerdo, las imágenes aún flotando en mi memoria, y una horribilísima seca en la boca que parte mis labios y absorbe toda la saliva que ella produce. Otra vez el agua será mi salvación.
No hay tiempo para mas reflexiones: tengo por certeza que lo que he hecho, ha sido malo.
Me deje llevar por el instinto, y por eso debo cargar la cruz de la autoculpabilidad durante..no se, mucho tiempo.
Chapter XII. el retorno
“como el niño jugando con deshechos del hombre.
Papel coloreado o pedazos de vidrio ,a los que su imaginación da vida mágica,
Y goza y canta y sueña
A lo largo de días que las horas no miden,
Así con tus recuerdos.”.../
El retraído; Luís Cernuda
...
Entré a mi aposento luego de lamentar la niña que no tiene mas de quince pero hace mas de tres entregó su virginidad a un gordo manteco de cadena en cuello que le pago veinte mil...y le pidió rebaja, para llevarse mas barato su preciado don: el don de la ingenuidad. Me saluda con la cabeza gacha, como todo aquel que perdió el valor para dialogar con los ojos. Me siento un poco así, luego de la faena psicodélica.
La barba del abuelo, aún me espera; Santana , no. El ya se fue.
¡Cómo me hubiese gustado atender las palabras del verde barbado que está junto al equipo¡¡¡
ya es tarde, eso lo sé, pero queda, cuando menos, la escarmienta brutal de saber que dejé mis sentidos en manos de la instintiva ruta que pinta el sendero verde de la enajenación.
El ya no me hablará mas ¡las plantas no hablan, por favor!!..debo charlar conmigo mismo y ser juez y parte de la implacable evaluación que es obligatoria, sobre todo cuando la culpa a la que uno mismo lo somete no deja dormir bien.
Entonces, pues, dejaré en manos de la almohada la sentencia que me será dictada mañana, cuando el sol clareé y me diga si soy culpable de permitir que mi conciencia tuviera dueño por treinta o cuarenta minutos.”
Chapter XIII. alma muerta, ce´st fini
“Assez vu.
La vision s´est reencontré á tous les airs.
Assez eu. Rumeurs des villes, le soir, et au soleil, et toujours,
Assez connu. Les arrets de la vie. – o Rumeurs et visions!!
Depart dans l´afecction et le bruit neufs!!”
Départ; Rimbaud
Y lo que queda de la noche se va, mientras Jarré toca magistralmente Equinoxe part III, como arrullo postrer al atribulado infractor de su propio cuerpo; lo duerme y le da la paz que ni la realidad ni la sicotropia le brindan: la paz que siempre brinda el sueño.
Chapter I. curriculum vitae
NOMBRE: Oscar - Narvik Harmann Navarro
EDAD: 35 años.
LUGAR DE
NACIMIENTO: Bogotá.
PROFESIÓN: músico a medio hacer.
ESPECIALIDAD: violín.
LUGAR DE
HABITACIÓN: una apartamento pequeño, segundo piso, en la carrera 13ª con calle 22, esquina.
ESTADO CIVIL: soltero, no se sabe, debió haber alguien en su vida alguna vez.
FILIACIÓN
RELIGIOSA: católico, por parte de mamá, luterano, por parte de papá, por su cuenta, ecléctico.
VICIOS: dos, a saber; la música de Bach, taverner, Jarré y Jethro Tull, una, la segunda, cannabis sativa.en exploración.
OCUPACIÓN ACTUAL: en transición emocional; introspección a su propio yo.
Chapter II. la ventana
“Las lluvias no han cesado.
Es noviembre del 2.00...no me acuerdo y desde octubre llueve como no lo hacía hace veinticinco años.
Las calles aledañas a mi hogar me hacen sentir mas europeo que lord Byron; días oscuros como los de Londres, agua en las vías como en Venecia, el vaudeville parisino que se presenta a diario en las calles donde la gente corre, los autos salpican y nadie se saluda con nadie, a mis espaldas, el centro de la ciudad, ese pedazo que solo tiene de europeo, la arquitectura de la calle 13 entre 9ª y 5ª, pero que por muchos años fue nuestra Atenas.
He dejado el violín recostado junto a la litera estrecha donde doy solaz de vez en cuando al sueño cuando no me dejo agobiar por el que dirán de mi propia soledad.
Cae la tarde sin mucho aspaviento; de hecho la tarde cayó desde las once de la mañana cuando comenzó a llover, y me di cuenta que en la alacena no había nada: cero pan, rastros de mantequilla en el celofán de su envoltura, solo un poco de café...no milk today.
El café, fue, pues, mi única compañía y este artilugio de sonido con mas de diez años en el mismo estante, donde aqualung se repetía por periodos constantes, cada hora diez y seis minutos, luego de que sonara cadenciosamente boréu de Bach, en la grandiosa flauta de Ian Anderson; mis dos almas al tiempo, en formato AAD: el bello clasicismo con los dedos entrelazados con la modernidad.
Desde la ventana esquinera – la única ventana de mi habitación – puedo ver la vida burda de Bogotá, el epicentro de su mas caída tradición.
Las prostitutas jóvenes y de cuerpos desvencijados por el trabajo, riéndose de su propia tragedia; amparando por una propina a los rateros que se esconden en las feas piezas donde estas trabajan y guardan el producto de su rapazo, el indigente que se pega de un frasco de pegante como asmático de una bala de oxigeno: para vivir un poco mas, esa cabeza que emerge del lado del volante del transporte urbano, para proferir el grito: “fue que compro la vía granhijueputa????!!”, a la temerosa señora sesentona que maneja un carro estrato tres por entre los cinco carriles imaginarios norte – sur que se trazan en la angosta carrera trece; la niña bonita de cara curtida que con talega en mano ofrece dulces a los pasajeros del bus que se lo permita, y que se ampara de la lluvia junto a una putita joven que la hace ver como una prostituta mas; una dulce prostituta que se ofrece a la calle no teniendo mas que hacer.
El agua que cae, hace que, como si este paisaje fuese un cuadro a la acuarela, se desdibuje conforme pasan las horas...desde esta ventana, veo como la ciudad se derrite, muta, se transforma, en pedazos de gente cuyo único rumbo es vivir unas horas mas.
...
El vapor del café que recién ha hervido empaña el panorama, y con la manga del saco, como parabrisas de auto viejo, limpio un trazo para poder seguir viendo el pedazo de ciudad que me toca como salvapantallas.
Se que el café no me permitirá mas que mitigar el frío, y esta escena ventanera, recordarme sin misericordia que la ciudad que tanto quiero es un despojo, que lo bello de ella es solo el ladrillo y el estuco, pero que por los lados del alma se halla podrida y carente de amor..como yo.
Algo se debe hacer: quiero enajenarme.
Chapter III. solo un cigarro…(fumando espero)
...solo un cigarro, calma mis penas, cuando tu tardas en llegar...solo un cigarro, me acompaña/ si es de noche, me quita el sueño, si es de día, oscuro está../
una canción que solía oír mi padre, de Pastor López; nada de mi gusto, pero cómo me lleva a épocas....
Hace mas de una década, en mis años mozos de la universidad, tenía un grupo de amigos que, en la causa de tener una identidad propia, quisieron autodenominarse el parche decadente; una logia de soñadores (porque no hacían mas que soñar)que pastaban todo el día, capaban clase y, en un de vez en cuando bastante frecuente, se dejaban llevar por el cándido pero mordaz fragor de la yerba: fumaban demasiada marigüana como para ser verdad, y le tenían toda suerte de motes cariñosos para llamar a su verde- amarilla compañera: mota, ganya, joen, ástero ,mari, juana, bareta, cacho, barillo,...alias para la misma rutina de darse en la cabeza... ¡si¡, desde entonces, y muy de vez en vez, permití que esta alucinante hoja seca me llevara por senderos raros, llenos de nada y vacíos de cualquier estado emocional que me pudiera atormentar; desde esas épocas conocí el camino de los ancestros para llegar a verle la cara a Dios cuando no tenían forma de vivificarlo en su diario vivir. Nosotros, fuera de que podíamos tocar el cielo con las manos, nos recreábamos en extensas jornadas sodómicas dentro de nuestro propio mundo: la matriz de todos nuestros sueños de escape se abría por el tiempo que la traba durara. Era hora de dejarme llevar por el pasado, y, si podía, intentar volar.
En el la parte alta de la alacena yacía, como olvidado por el tiempo y la búsqueda de la cordura, un cigarro artesanalmente formado por la experta mano de Llanos, colino consumado que en el arte de hacer cigarrillos, con papel de arroz y taqueados de yerba, era el mejor.
Se quedó el cigarro allí, una ocasión que, luego de una juerga monstruosa de mas de tres días, mi entrañado amigo se dejó pilotear por la paranoia y un cuento de lo mas de raro, tanto, que solo el mismo podría saber de que se trataba, y salió corriendo de este apartamento, para ser hallado horas después junto al parque Nacional, pidiendo dinero para regresar a su casa en la lejana Suba, tan al norte como se regaba por esos lados Bogotá.
Incólume al paso del tiempo, y mas rubio que nunca, descubrí el vestigio de un tiempo que se había quedado atrás y que no supe como ni donde.
...
no sé, no me hallo, lo tengo en las manos y no se que hacer con el, si arrojarlo por la ventana y dejar que un furibundo adicto callejero se lo fumara y recogiera parte de mi pasado en el humo que del barillo saliera, o llenarme de ese humo que en mas de una ocasión me enajenó de la sórdida realidad que me turbaba, “para cancha de perro, pelo del mismo perro,” como dijera mi mamá en su coloquial lenguaje, entre mas lo tanteo, mas siento ganas de incorporarlo a esta espesa soledad que propicia la llovedera bogotana de fin de año...juego con un encendedor (yesquera, dijera mi abuelita), lo enciendo y vuelvo y lo apago, lo paso sin cesar sobre la superficie del cigarro y siento que su fuerte aroma a locura se hace mas fuerte aún: en un arranque de falta de dominio, lo pongo en mi boca y mientras en el otro extremo la candela aviva la llama fulgurante del cigarrillo mientras succiono...veo como el humo y su hedor comienzan a inundar la habitación, conmigo dentro...y la visión que tengo, en la ventana se hace mas lúcida, mas viva y mas llena de un nuevo color, que no se como explicarlo, solo se que esta aquí, ahora.
Chapter IV. con el humo en los pulmones...(tu Nombre me sabe a yerba)
Marihuana,
“Nombre común del producto obtenido de las hojas secas y las flores de la planta del cáñamo, Cannabis sativa. Esta droga se fuma o se mastica por su efecto alucinógeno y narcótico. El ingrediente psicoactivo de la marihuana, el tetrahidrocannabinol (THC), se concentra en el centro de las flores.”
Cada fumada me llevaba a espacios y tiempos idos.
Cada aspirada del fuerte olor que emanaba el cigarrillo me decían que no, que estaba mal lo que hacía, que eso, como la masturbación, eran cosas que se tenían que quedar en el anaquel de la pre juventud, pero el otro lado, el lado oscuro de mi razón, no me permitía dejar de hacerlo; si aún con la vejez a quince pasos de mi vida, caía en los devaneos manuales, cuando la soledad y la falta de compañía me abordaban...¡porqué temerle a un inofensivo cigarrillo de hierbita que , a lo sumo, me sacaría una o dos horas de estas llovida realidad??
Ya que. Era llorar sobre la leche derramada, y sobre el humo que, estas alturas, me llenaba los pulmones tanto como yo le permitía. Y eso era mucho.
...
un rato de absoluto silencio.
Tanto que ni las gotas que golpeaban la ventana me dejaban oír su tac – tac - tac...
Solo podía oír la combustión en el extremo encendido de mi bareto, y la explosión del humo al salir expulsado de mi, en bocanada amplia que fabricaba nubes enteras en el cielo en el cual ya me hallaba flotando.
Era, en este momento, una cálida sensación de ágil fuerza, de ver como, en el silencio provocado, las gotas crecían en tamaño y furor, y el golpeteo en la ventana se alzaba como un heavy metal rítmico que me hacia latir mas y mas el corazón: “i was made for loving you, babe, you was made for loving me..” parecía ser la letra que se desbordaba de cada gota en el vidrio de la ventana y la exultante marea que agitaba mi cerebro.
La gente de la calle corría sin ton ni son, pero eso, para mi era armonía pura; quería mas que verlos, meterme a sus almas y sonsacarles qué los hacía mover, conocer su motivación y despertar a un estado de conciencia que me dejara ser todos a la vez, y con ello poder ser el dueño del mundo por este breve instante...
Chapter V. un paseo por las nubes
Efectos,
“Sus consumidores describen dos fases en los efectos: primero, estimulación, mareo y euforia; y después, sedación y tranquilidad placentera. Los cambios de humor se suelen acompañar de alteraciones en las percepciones del tiempo, del espacio y de las dimensiones del propio cuerpo. Muchos consumidores refieren aumento del apetito, aumento de la percepción sensorial y sensación de placer.
Los efectos negativos incluyen confusión, ataques de ansiedad, miedo, sensación de desamparo y pérdida de autocontrol. Los consumidores habituales de marihuana pueden desarrollar un síndrome amotivacional que se caracteriza por pasividad, disminución de la motivación y preocupación por la dependencia de la droga. Como ocurre en la intoxicación por alcohol, en la intoxicación por marihuana se produce un deterioro del juicio, de la comprensión, de la memoria, del lenguaje, de la capacidad para resolver problemas, del tiempo de reacción y de la destreza para conducir.”
La luz del sol, la poca que queda, se desvanece.
Las nubes grises cargadas de agua y tempestad comienzan a cerrarse alrededor de mi ventana, amenazantes, llenas de su natural furia; el heavy metal, se vuelve hardcore industrial y el rechinar sobre la lisa superficie vítrea me dice que algo está mal.
Siento un inmenso grado de temor invadirme y la gente huyéndole al agua me parece una escena Dantesca, donde gárgolas y dragones queman con ácido fuego liquido sus cabezas y los hace correr; el calor, parece, que deja el hervidero fluido en la superficie del pavimento, los hace brincar de un lado para otro, y hacer del periódico con el que buscan empleo, un paraguas inútil que se deshace con la tenaz arremetida en sus tristes y desamparadas humanidades: Bogotá es una nueva Gomorra, condenada por la falaz vida de sexo prepago y cuchilladas en cuellos ajenos a la cuadra por quitarles el celular; ignio fatus cae para decir que hay un juicio final en cómodos capítulos que duran una pertinaz lluvia, y la mente se quiere salir de la bóveda craneana de mi cuerpo, se hincha mi corazón y le tengo miedo al Poseidón urbano que arremete contra la ciudad.
La visión por la ventana, aparte del miedo que me insufla, es ahora el de un cielo infernal, lleno de nubes oscuras y mas oscuras intenciones de acabar con lo poco que queda.
Chapter VI. el reloj se ha dañado..(...no marques las horas)
/...por que voy a enloquecer.../reloj, detén tu camino, porque mi vida se acaba.../
la única canción que pude interpretar en la vieja guitarra que yace en el empeñadero de enfrente.
He perdido la percepción de lo real.
No se cuanto llevo en este trance .
No se cuanto falte, se me olvido que esto suele acabarse.
Parece una pesadilla, pero sé que no lo es.
Tampoco se si es realidad, o donde se rompe ella para dejar de serlo.
...
¡es esto verdad¡¡
¿es que se me olvidó pilotear una traba???
Tantas veces he oído decir, a los seudoprofetas y predicadores malolientes de la carrera 10ª que “el fin está cerca” que preciso cayó justo en el momento en que me dejé sacar el alma del cuerpo y ya no puedo hacer nada...
“arcángel Gabriel, baje a tocar la trompeta; es hora de juzgar vivos y muertos.
Ah¡¡, a ese que está ahí, júntele alma y cuerpo y dele la sentencia: así no pagaran dos por los mismos crímenes...”
¡No¡
merezco un juicio.
Llegaron las valkirias vestidas de verde, y con atorrante pretensión golpean con sus falos de madera a los sucios- desteñidos gamines que corren a esconderse en el alar de debajo de mi apartamento; a sacarle el quite al agua que como ácido los caiga y, por añadidura, al hematoma que deja un bastonazo en la cabeza y no deja crecer mas cabello...como en las pedreas universitarias que siempre veía en la tribuna, tomando coca-cola y fumando Caribe, la calle, mi acera se hacía una revuelta fatal.
Esto no es un torneo de ajedrez; ¡pongan a marchar el reloj!!
Solo así saldré de esta mala pesadilla de hidrotetracanabinol.
Chapter VII. háblame, plantita.
“No tengo que decirlo porque se me distingue a leguas: soy feo, tímido y anacrónico. Pero a fuerza de no querer serlo he venido a simular todo lo contrario. Hasta el sol de hoy, en que resuelvo contarme como soy por mi propia y libre voluntad, aunque sólo sea para alivio de mi conciencia”...
Gabo; Memoria de Mis Putas tristes.
Me retiro de la ventana.
Me retiro al rincón donde emana la música, que al acercarme, siento que se aleja y lucho por alcanzarla, quiero otros sonidos.
Veo el Cephalocereus senilis, la barba del abuelo escurrida junto a la loza intentando decirme algo con ese vaivén que la convierte en una ola verde que me dice que no estoy solo y que ese Bogotazo que se gesta abajo solo es producto de mi febril imaginación; de mi imaginación exaltada por su pariente lejana, la sativa, la oveja negra de la familia verde que el siempre me dijo “escoge mejor tus amistades, conmigo encontrarás consuelo y consejo; con Maria Juana, tu perdición, o por lo menos, un gran dolor de cabeza...aquí está el redil de las buenas acciones. No te manches, buey”.
La música se detiene y sigue, se detiene y sigue y en este estado no veo bien tanta atmósfera de ensueño; necesito que las notas se aceleren y me conviden a salir de esta chonchera tan espantosa; busco con torpeza entre mis cd´s mientras la barba me dice cosas que no presto atención, pero que parecen un regaño, y mientras la planta masculla encuentro a Santana (que entre otras, hace lo que estoy haciendo, pero con verdadero control), y lo invito a que me acompañe, mientras la barba del abuelo me echa la madre; “de Aranjuez con amor” me resulta muy lenta y hago brincar el plástico brillante hasta “Soul sacrifice”, track 16, y siento tanto tambor que me animo a querer buscar la puerta que me saque de esta traba tan atroz...
Chapter VIII in crescendo, hacia abajo
La ventana de Nuevo.
Ahora parece una escena de Woodstock; el Vietnam ya pasó y la gente de la mojada calle, con batas de colores y longos cabellos brincan de alegría, repasan el pavimento y se elevan por la reja del parqueadero, como buscando a las palomas que se refugian el arbolito de antiguo que crece en la acera sur – occidente.
Entre un quince y un diez y siete de agosto transcurren los segundos que preceden esta visión: todo llega como un feedback de la memoria y espero con tranquilidad a que Santana haga su agosto en mi cabeza; que haga llorar cuanto mas pueda su guitarra y condene el instrumento a cargar con la desazón que me inunda,: que logre en el sonido revocar la sentencia de este viaje maluco y lo convierta en partitura volátil que se diluya en el vaho que afuera chorrea; debo salir de aquí.
Debo dejar que el agua del cielo como bautismo de sangre H2O lave y funda la tormenta que a mi mente aqueja y se que saliendo a la calle, abañarme un poco de Bogotá, justificará mi mala acción: expiará mi culpa.
Chapter IX. cantando bajo la lluvia
No soy Gene Kelly, pero me pego del poste de luz amarilla que queda en el separador de la Caracas, doy un giro y miro al cielo: ¡que película en la que ando! Estoy viendo el mundo en 35 m.m¡¡.
El agua que se aloja en lo permeable de mi camisa de cuadros me evoca la humedad sensible que deja una noche de pesadillas donde el sudor resbala sin pudor por todo mi pudor , pero también me hace presentable para sentir a Antonio Amati, prodigarme una suave melodía al oído, mientras giro alrededor del poste de concreto.
La lluvia se hace mi compañera, y un tanto, mi amante, porque me toca, me acaricia y escudriña mi interior sin que me haga sentir miedo: me protege de la ciudad, y retira ese sabor a smog que satura mi olfato.
Le debo mucho a la lluvia, además porque es el primer baño que me doy en mas de cuatro días de depresión.
Por eso canto, que es algo que no se hacer bien, lo mío es el violín; le canto a la lluvia para rendirle tributo, y porque me está sacando de esta turca insensible que tanto sensible me ha puesto.
Ha aliviado lo tostao´ que tengo el cerebro y que hace chiiissss!!!, suelta vapor y se pierde, seguramente para fundirse con el smog plomizo, que hoy perdió el partido, jugando de local.
Chapter X. en esta puta ciudad
“la Acrópolis oficial supera las concepciones más colosales de la barbarie moderna. Imposible expresar la luz mate producida por el cielo inmutablemente gris, el resplandor imperial de los edificios, y la nieve eterna del suelo.”
Ciudades;,Rimbaud
Bogotá se ha vuelto apacible.
El rumor de la lluvia parece cesar.
“cesó la horrible noche”
La horrible tormenta , diría yo, esa que comenzó como una aciaga premonición de fin del mundo, que dibujó y ambientó varios episodios, pero que cuando se fue haciendo historia, dejó caer su nobleza, al final. Por eso los viejos tiene como dicho que “después de la tormenta, la calma”.
Pero la ciudad sigue igual, el lavatorio, la purga liquida no ha servido de nada; han de ser rezagos de mi turca, pero Bogotá sigue siendo la maldita ciudad, que, como el demonio, tiene la cara bonita de la calle 26 - por donde llega el turismo “bien” -, el parque Nacional, motel gratuito de maricas y doncellas estrato 1, y los nobles edificios de la Jiménez...pero cuando quiere mostrar su hediondo rostro, muestran la cara de Sierra Morena, Patio Bonito, Puerto Bollo; detrás de la estación de Transmilenio de la calle 22, aquí cerquita, el malevaje de las Cruces, el Dorado, el Guavio Y Girardot...
Así es esta puta ciudad.
Le digo así porque Gabo me dio licencia, para salvaguardar la censura.
Bogotá, la puta ciudad que es de todos y de nadie y que se otorga en la medida en que pagues por ella; entre mas dinero haya, entrega el full service; cuando escasea, te cobra con creces el ser pobre, y te confina a un Cartucho...donde quiera que esté.
Chapter XI. una cruz a cuestas
Rehago mis pasos. La ciudad me dice que está muy oscura para que un ciudadano cobarde como yo la ande.
El frío del agua me dice, también, que debo regresar a mis cuatro paredes.
La turra, ha cesado, queda un poco, lo sé, pero se que ya se fue y me deja como un amargo recuerdo, las imágenes aún flotando en mi memoria, y una horribilísima seca en la boca que parte mis labios y absorbe toda la saliva que ella produce. Otra vez el agua será mi salvación.
No hay tiempo para mas reflexiones: tengo por certeza que lo que he hecho, ha sido malo.
Me deje llevar por el instinto, y por eso debo cargar la cruz de la autoculpabilidad durante..no se, mucho tiempo.
Chapter XII. el retorno
“como el niño jugando con deshechos del hombre.
Papel coloreado o pedazos de vidrio ,a los que su imaginación da vida mágica,
Y goza y canta y sueña
A lo largo de días que las horas no miden,
Así con tus recuerdos.”.../
El retraído; Luís Cernuda
...
Entré a mi aposento luego de lamentar la niña que no tiene mas de quince pero hace mas de tres entregó su virginidad a un gordo manteco de cadena en cuello que le pago veinte mil...y le pidió rebaja, para llevarse mas barato su preciado don: el don de la ingenuidad. Me saluda con la cabeza gacha, como todo aquel que perdió el valor para dialogar con los ojos. Me siento un poco así, luego de la faena psicodélica.
La barba del abuelo, aún me espera; Santana , no. El ya se fue.
¡Cómo me hubiese gustado atender las palabras del verde barbado que está junto al equipo¡¡¡
ya es tarde, eso lo sé, pero queda, cuando menos, la escarmienta brutal de saber que dejé mis sentidos en manos de la instintiva ruta que pinta el sendero verde de la enajenación.
El ya no me hablará mas ¡las plantas no hablan, por favor!!..debo charlar conmigo mismo y ser juez y parte de la implacable evaluación que es obligatoria, sobre todo cuando la culpa a la que uno mismo lo somete no deja dormir bien.
Entonces, pues, dejaré en manos de la almohada la sentencia que me será dictada mañana, cuando el sol clareé y me diga si soy culpable de permitir que mi conciencia tuviera dueño por treinta o cuarenta minutos.”
Chapter XIII. alma muerta, ce´st fini
“Assez vu.
La vision s´est reencontré á tous les airs.
Assez eu. Rumeurs des villes, le soir, et au soleil, et toujours,
Assez connu. Les arrets de la vie. – o Rumeurs et visions!!
Depart dans l´afecction et le bruit neufs!!”
Départ; Rimbaud
Y lo que queda de la noche se va, mientras Jarré toca magistralmente Equinoxe part III, como arrullo postrer al atribulado infractor de su propio cuerpo; lo duerme y le da la paz que ni la realidad ni la sicotropia le brindan: la paz que siempre brinda el sueño.
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